viernes, 28 de febrero de 2020

“Si tú eres Hijo de Dios…” (Mateo 4,1-11). Primer domingo de Cuaresma.




“El carnaval es fiesta alegre y popular… popular”
De mi pueblo (José María Santini) [1]
Mis primeros recuerdos de Carnaval son de muy niño, en Young, mi pueblo. Mi tío Andrés me llevaba al “corso”. Gran aglomeración de gente en la calle principal. No había gradas ni desfile. Todos nos movíamos por la calle y las anchas veredas, en la zona del viejo cine Atenas. Había un tablado, pero apenas recuerdo vagamente a la murga “Los Loco’el año” porque todo empezaba muy tarde y yo me dormía y mi tío me llevaba a casa a babuchas… yo era bien chiquito.

¿Qué era lo entretenido entonces, si no había desfile y yo me dormía antes que empezara el espectáculo del tablado? Pues los “máscaros”, los disfrazados. No eran muchos, pero sí los suficientes para que se notaran entre la gente. Yo los buscaba con la mirada. Trataba de adivinar de qué estaban disfrazados… en realidad, el disfraz consistía en ponerse ropa llamativa y, sobre todo, una máscara que hacía a la persona irreconocible. Por allí se te acercaba un máscaro y te asustaba, o con una voz fingida te saludaba “¿cómo andás Betín?” (Creo que eran mis primas mayores, las hijas de tío Andrés, que no salían con su papá y conmigo porque iban disfrazadas).

Los orígenes del carnaval se pueden encontrar en las fiestas griegas del dios Dionisios, al que los romanos llamaron Baco… pero hay festejos parecidos en civilizaciones más antiguas. Fue tal vez en la Edad Media donde el carnaval, llamado “la fiesta de los locos” comenzó a estar relacionado a un momento especial de la vida de los creyentes: el tiempo de cuaresma. Todavía hoy nuestro calendario establece esa relación: al lunes y martes de carnaval, días feriados, sigue en la Iglesia el “miércoles de ceniza”, comienzo de la cuaresma. Y desde esa fecha, variable, porque se fija de acuerdo con el calendario lunar, se determina en qué momento se celebra la Semana Santa que en el almanaque civil uruguayo es “Semana de Turismo”.

¿Cómo se relacionaban carnaval y cuaresma? Como dos momentos opuestos. Cuaresma: tiempo de ayuno, oración, ayuda a los más pobres. Carnaval: despedida festiva antes de comenzar los ayunos y la abstinencia, que están expresados en su nombre, que viene del italiano carnevale, palabra que unía carne levare, “dejar la carne”, que es lo que se iba a hacer al terminar un tiempo y empezar el otro.

Con los años muchas cosas cambian de significado. La Cuaresma sigue empezando el miércoles de ceniza, pero el carnaval, sobre todo en Uruguay, continúa. La forma de celebrar la fiesta popular ha ido cambiando. Seguramente también cambió mucho en mi pueblo, como en todo el Uruguay.
El evangelio de este domingo nos presenta la confrontación de Jesús con un “máscaro” peligroso; un personaje que muchas veces ha recurrido a la careta, al disfraz, al engaño, escondiendo sus verdaderas intenciones. El evangelio de Juan lo llama “el padre de la mentira” (Juan 8,44). El relato evangélico nos invita a contemplar no sólo las tentaciones que Satanás presentó a Jesús, sino cómo esas tentaciones nos tocan también a nosotros.

No sé si “tentación” significa hoy lo mismo para todo el mundo. No lo creo. Muchas personas ven la tentación como algo que puede ser hasta positivo: algo atractivo que aparece en el horizonte de nuestra vida, algo que no deja de ser un bien.
“Vio que el árbol era apetitoso para comer, agradable a la vista y deseable para adquirir discernimiento” 
dice el relato de la primera tentación en el libro del Génesis.

El vendedor espera que su producto sea tentador, porque es -o pretende que sea- algo bueno. Sin embargo, alcanzar ese posible bien tiene un precio, exige un sacrificio. A veces, incluso, seguir la tentación significa cambiar el rumbo de la vida. ¿Será para bien? ¿Será un verdadero bien?

¿Por dónde van las tentaciones que Satanás le presenta a Jesús?
«Si tú eres Hijo de Dios, manda que estas piedras se conviertan en panes.»
«Si tú eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito:
    "Dios dará órdenes a sus ángeles,
    y ellos te llevarán en sus manos
    para que tu pie no tropiece con ninguna piedra"».
«Te daré todo esto, si te postras para adorarme.»
Todas las tentaciones pueden resumirse en una: hacer que Jesús abandone la voluntad del Padre. Jesús es el Hijo de Dios que se ha hecho hombre. Ha venido a este mundo para realizar el proyecto del Padre, para hacer su Voluntad. La voluntad del Padre, lo he repetido muchas veces, es que todas las personas se salven, que la humanidad llegue a una plena reconciliación con Dios, que cada ser humano entre finalmente a compartir la vida divina.

Jesús desenmascara las tentaciones y derrota al tentador.
“La risa, la vida, la felicidad son máscaras sueltas, y siempre se van… siempre se van”
De mi pueblo (José María Santini) [1]
La primera lectura, del libro del Génesis, nos trae el relato de la primera tentación, en la que el tentador sale vencedor sobre la pareja humana.
“Serán como dioses” 
fue la promesa del padre de la mentira.

Ser como dioses… una promesa de conocimiento total, de vida y felicidad eternas. En cambio, encontraron las tinieblas, el sinsentido, el dolor y la muerte que nos acompañan hasta hoy.
Muchas veces caemos en la tentación de creernos dioses, inexpugnables, invencibles… impunes… y nos encontramos con nuestra fragilidad. Hemos olvidado o, peor, hemos rechazado nuestra condición de criaturas. No nos reconocemos hijos y por tanto tampoco nos reconocemos hermanos con los demás.

Caemos en la tentación
 “de pensar que somos nosotros quienes damos origen a nuestra vida, mientras que en realidad nace del amor de Dios Padre, de su voluntad de dar la vida en abundancia (cf. Jn 10,10)”, 
como dice el Papa Francisco en su mensaje de Cuaresma 2020.

Caemos en la tentación de poner todo nuestro empeño en la satisfacción de nuestros deseos; nos dejamos arrastrar a un consumismo sin límites, a la búsqueda permanente de la autosatisfacción… hundiéndonos en el vacío y en el egoísmo.

En la Cuaresma todo nos está diciendo “tú eres hijo de Dios”: “¡Vuélvete a Dios!”
"Hay una voz en todo: vuélvete a Dios"
Vuélvete a Dios (P. Osvaldo Catena) [2]
Nos dice también Francisco en su mensaje de Cuaresma de este año:
“No dejemos pasar en vano este tiempo de gracia, con la ilusión presuntuosa de que somos nosotros los que decidimos el tiempo y el modo de nuestra conversión a Él.”
Tú eres hijo de Dios. Vuélvete al Padre Dios. Abandona al padre de la mentira, que te dejará en la orfandad. Vuélvete al Padre de la misericordia.

Busca a tus hermanos y hermanas. Acércate a tu familia, a tu comunidad. Acércate a quienes necesitan tu cariño y tu ayuda.
¡Vuélvete a Dios! ¡de corazón!
Todo te está diciendo: ¡Vuélvete a Dios!
Vuélvete a Dios (P. Osvaldo Catena) [2] 
Gracias, amigas y amigos por su atención. Que en este tiempo de Cuaresma Dios nos haga oír su voz y que la escuchemos con el corazón abierto.

Que el Señor los bendiga y hasta la próxima semana si Dios quiere.

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NOTA: ¿Donde encontrar las canciones?

[1] Los Hermanos Santini - De mi Pueblo. MACONDO - GAM 530 - 1970. Grupo duraznense.
https://www.youtube.com/watch?v=aDgA-z1vB-s&t=150s

[2] Grupo Pueblo de Dios - Cantemos hermanos con amor. Cuaresma y Semana Santa.
https://grupopueblodedios.org/musicaTracks.php?id=116

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