20 de mayo: texto preparado para participar en la Celebración ecuménica convocada por Amerindia, OBSUR, Parroquia Universitaria, JPC, Parroquia Santa Gema, Fe en la Resistencia, Iglesia Valdense, Iglesia Luterana, Iglesia Metodista, Iglesia Pentecostal Naciente, Los Dioses están locos, Centro Cristiano Nueva Vida-No Matarás, SERPAJ, Cristianos en Red, MPC, Centro Martin Luter King Uy, entre otros.
Entre los participantes estuvieron el arzobispo de Montevideo, Cardenal Daniel Sturla y (virtualmente) Mons. Arturo Fajardo, presidente de la Conferencia Episcopal del Uruguay.
El texto que leí en la celebración fue más breve, en razón del tiempo asignado para quienes presentábamos un saludo o una reflexión. Este es el texto completo.
+ Heriberto
Memoria, verdad y justicia.
Mirando estas tres palabras que nos convocan un nuevo 20 de mayo, este año en la cercanía de Pentecostés, releo las promesas de Jesús sobre el Espíritu Santo y encuentro nuevas resonancias.
Jesús les dice a sus discípulos “el Espíritu Santo les recordará todo”. Ese “todo” se refiere a las enseñanzas de Jesús, desde luego; pero la fe se vive en la historia y va iluminando los acontecimientos que conserva en nuestros recuerdos. Aquí se trata de guardar, de custodiar la memoria de personas que siguen siendo parte de nuestra vida y que no queremos relegar al olvido.
- Junto a ustedes, quiero rezar para que, en el esfuerzo común, construyamos una sociedad más justa y fraterna, en la que nunca más tengamos que agregar a la memoria los nombres de otras personas asesinadas o desaparecidas.Tres veces Jesús nombra al Espíritu como “el Espíritu de la Verdad” (Juan 14,17 / 15,26 / 16,13 que “los guiará hasta la verdad completa (Juan 16,13). Otra vez, se trata de la verdad última, la verdad de Jesucristo como salvador; pero esa Verdad con mayúscula llama a la verdad terrestre, cotidiana, necesaria. La verdad sobre los hechos y la verdad de las intenciones de muchos corazones (cf. Lucas 2,35).
- Junto a ustedes, quiero rezar para que cada día aparezca con mayor claridad la verdad sobre los acontecimientos dolorosos del pasado, para que esa verdad sea reconocida y para que sean asumidas todas las responsabilidades.En cuatro pasajes, Jesús da al Espíritu el título de “Paráclito” (Juan 14,16.26 / 15,26 / 16,7). Jesús promete a sus discípulos que el Paráclito los asistirá cuando deban dar testimonio (Juan 15,27). Paráclito puede traducirse como defensor, abogado, aquel al que se recurre precisamente ante la indefensión, en busca de justicia.
- Junto a ustedes, quiero rezar por todos los seres humanos indefensos, por todos aquellos y aquellas que viven en el miedo, en la inseguridad, en el desamparo; para que el Espíritu Defensor nos ayude a construir una sociedad que defienda y cuide cada vida humana y le haga posible su pleno desarrollo.Ven, Espíritu Santo. Entra hasta el fondo de nuestras almas y enríquecenos con tu luz: Espíritu que nos recuerdas todo, Espíritu que nos guías hacia la verdad completa, Espíritu defensor, padre amoroso del pobre, Espíritu Consolador. Amén.
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