jueves, 6 de mayo de 2021

VI Domingo de Pascua. “No son ustedes los que me eligieron a mí, sino que yo los elegí a ustedes” (Juan 15,9-17)

Domingo 9 de mayo, VI Domingo de Pascua, Jesús nos entrega su mandamiento: 

“Ámense unos a otros, como yo los he amado” (Juan 15,9-17).

Lindo evangelio para el día de la Madre.
En esta semana, recordamos a Mons. Raúl Scarrone, fallecido el martes pasado y al P. Borrazás, en el aniversario de su nacimiento. Celebramos a Nuestra Señora de Fátima, Santa María Mazzarello y San Isidro Labrador.

“No son ustedes los que me eligieron a mí, sino que yo los elegí a ustedes”, 

dice Jesús a sus discípulos y, a través de ellos, nos lo dice hoy a nosotros. La Iglesia, comunidad de discípulos y discípulas de Jesús, no nace de la decisión de los primeros que la integraron, sino de una iniciativa del Padre Dios. Dios, que 

“quiere que todos los hombres se salven” (1 Timoteo 2,4) 

no ha querido (ni quiere) salvarnos en forma aislada, sin relación de unos con otros, sino constituyendo un pueblo. En la antigüedad Dios eligió al Pueblo de Israel e hizo con él una alianza. Esto, como preparación de la alianza en Cristo, que convoca y congrega la Iglesia, nuevo Pueblo de Dios, formado por hombres y mujeres de toda raza, lengua, pueblo y nación.
La idea de que Jesús nos eligió y, todavía más, de que elige a algunos de manera especial puede hacernos pensar en una situación de privilegio delante de Dios… Ciertamente, Dios elige con amor a quienes quiere; pero eso no exonera a los elegidos de tener que pasar por muchas pruebas para cumplir su misión. Jesús es muy claro: 

“el que quiera seguirme, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame” (Mateo 16,24).

Se dice que Santa Teresa de Jesús exclamó una vez “si así tratas a tus amigos, Señor, no es de extrañar que sean tan pocos”. También con humor discute con Dios Tevye, el protagonista de la comedia musical “El violinista en el tejado”. Tevye, judío creyente que ve crecer las tribulaciones de su pueblo en la Rusia de comienzos del siglo XX, le dice a Dios: “Ya sé que somos el pueblo elegido, pero, por un momento ¿no podrías elegir a otro?”
Las pruebas por las que puedan pasar los elegidos, los amigos de Jesús, tienen que ver con el resto de la frase que estamos meditando: “los destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto sea duradero”. La elección está en relación con una misión: “vayan y den fruto”. Ponemos nuestro esfuerzo, nuestra paciencia, nuestra conciencia… pero es Jesús quien hace que demos fruto y, más aún, quien hace que ese fruto permanezca.
Otro punto de reflexión: si es Jesús quien nos ha elegido, eso significa que tampoco somos nosotros quienes elegimos a nuestros hermanos y hermanas de comunidad. Es Jesús quien elige. Eso cambia mi mirada sobre los demás miembros, sobre todo al escuchar de nuevo las palabras de Jesús: 

“ámense unos a otros, como yo los he amado”. 

Y si nos queda duda sobre lo que significa para Jesús ese “como yo los he amado”, agrega: 

“No hay amor más grande que dar la vida por los amigos”. 

Esa es la medida del amor de Jesús. Una medida muy grande, muy alta… pero que Él hace posible vivir con la ayuda de su Gracia.

El jueves 13 recordamos a nuestra Señora de Fátima. El santuario de Fátima se encuentra en Portugal y fue allí donde hace ya más de cien años, en 1917, la santísima Virgen se dejó ver por tres pastorcitos, hoy reconocidos por la Iglesia como santos: Lucía, Francisco y Jacinta. En sucesivas apariciones, la Madre de Jesús les entregó un mensaje. Un mensaje inquietante, con algunos aspectos que permanecieron en secreto durante mucho tiempo. En el jubileo del año 2000 san Juan Pablo II ordenó su publicación y el entonces Cardenal Joseph Ratzinger, futuro Benedicto XVI, presentó una interpretación del mensaje que puede leerse en el sitio web de la Santa Sede. Comparto con ustedes el párrafo final:

Quisiera volver sobre otra palabra clave del «secreto», que con razón se ha hecho famosa:
«mi Corazón Inmaculado triunfará». ¿Qué quiere decir esto? Que el corazón abierto a Dios, purificado por la contemplación de Dios, es más fuerte que los fusiles y que cualquier tipo de arma. El fiat de María, la palabra de su corazón, ha cambiado la historia del mundo, porque ella ha introducido en el mundo al Salvador, porque gracias a este «sí» Dios pudo hacerse hombre en nuestro mundo y así permanece ahora y para siempre. El maligno tiene poder en este mundo, lo vemos y lo experimentamos continuamente; él tiene poder porque nuestra libertad se deja alejar continuamente de Dios. Pero desde que Dios mismo tiene un corazón humano y de ese modo ha dirigido la libertad del hombre hacia el bien, hacia Dios, la libertad hacia el mal ya no tiene la última palabra. Desde aquel momento cobran todo su valor las palabras de Jesús: «en el mundo ustedes tendrán aflicciones, pero tengan confianza; yo he vencido al mundo» (Juan 16,33). El mensaje de Fátima nos invita a confiar en esta promesa.
Es bueno recordar esa invitación a la confianza en Dios en estos tiempos. En mayo se celebra en muchos países el Mes de María. Nosotros lo celebramos en noviembre. Por una iniciativa del papa Francisco se está rezando el rosario todos los días de este mes desde distintos santuarios marianos, a las 13 horas de Uruguay.
Recemos, junto con el Santo Padre:
“Oh María, Consuelo de los afligidos,
abraza a todos tus hijos atribulados,
haz que Dios nos libere con su mano poderosa
de esta terrible epidemia
y que la vida pueda reanudar
su curso normal con serenidad.
Nos encomendamos a Ti,
que brillas en nuestro camino
como signo de salvación y de esperanza.
¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María! Amén.”
El martes 4 nos sorprendió la noticia del fallecimiento de Mons. Raúl Scarrone, obispo emérito de Florida, por tantos años pastor de la diócesis vecina. Damos gracias por su vida y su testimonio de fe y pedimos al Señor que lo reciba como servidor bueno y fiel.

Hace 116 años, el 12 de mayo de 1905, nació el Padre Santiago Borrazás, por décadas párroco de Tala. “Ofrendó su vida por los niños y por las verdades eternas del evangelio” dice una gran placa de mármol junto a su tumba, en la Iglesia parroquial talense.

Nuestra diócesis cuenta con varias capillas dedicadas a Nuestra Señora de Fátima. El jueves 13 estaré celebrando en la que se encuentra en la ciudad de Canelones.

El mismo día 13 la familia salesiana recuerda a Santa María Mazzarello, cofundadora, junto con san Juan Bosco, de las Hijas de María Auxiliadora en el año 1872. Saludamos a las hermanas de esta congregación presente en nuestra diócesis.

Finalmente, el sábado 15 celebramos la memoria de san Isidro Labrador, patrono de Las Piedras y santo muy querido en Canelones, especialmente en los pueblos del santoral. Junto con su esposa, María de la Cabeza, Isidro llevó una dura vida de trabajo, en la que recogió con más abundancia los frutos del cielo que los de la tierra. Es modelo y patrono de los labradores o agricultores.

Amigas y amigos, gracias por su atención. Muy feliz día a todas las mamás. Que el Señor los bendiga y hasta la próxima semana, si Dios quiere.



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