jueves, 22 de julio de 2021

"Aquí hay un niño que tiene cinco panes de cebada..." (Juan 6,1-15) Domingo XVII durante el año.

 

El niño y los abuelos

De un niño nos habla el evangelio de hoy; de los abuelos el Papa Francisco, que nos propone celebrar la primera Jornada mundial de los abuelos y de los mayores.

En este decimoséptimo domingo durante el año, comenzamos a leer el capítulo sexto del evangelio según san Juan, que se inicia con el relato de la multiplicación de los panes y de los peces. Los cuatro evangelistas cuentan este episodio, aunque cada uno ofrece algún detalle diferente. En la narración de Juan, un detalle especial es la presencia de un niño, que es quien ofrece los cinco panes y los dos pescados que Jesús multiplicará:

«Aquí hay un niño que tiene cinco panes de cebada y dos pescados, pero ¿qué es esto para tanta gente?» (Juan 6,1-15)
Ciertamente, la gente era mucha. Se habla de cinco mil hombres. Pero Jesús solo esperaba que alguien pusiera a su disposición lo que tuviese. Fue ese niño quien lo hizo y así abrió camino al milagro. Todos tenemos, en distintas formas, nuestros cinco panes y dos pescados. No se trata solo de alimentos, dinero o bienes materiales. Tenemos la posibilidad de ofrecer nuestro tiempo, nuestros talentos y capacidades. Podemos guardarlos o compartirlos; esconderlos o ponerlos al servicio de la comunidad, donde Jesús los multiplica y hace fructificar.

Junto a ese niño, aparecen también los mayores. Mañana, 26 de julio, la Iglesia recuerda a san Joaquín y santa Ana, nombres con que la tradición identifica a los padres de la Virgen María. Son los abuelos maternos de Jesús. Hoy, en el domingo más próximo a esa fecha, la Iglesia propone celebrar esta Jornada de los abuelos y de los mayores, con el lema “Yo estoy contigo todos los días”, referido a la promesa de Jesús al final del evangelio según san Mateo: 

“Yo estoy con ustedes, todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28,20).
Francisco habla a los mayores, incluyéndose a sí mismo y les dice:
“nuestra vocación es la de custodiar las raíces, transmitir la fe a los jóvenes y cuidar a los pequeños.”
Y agrega:
“Todos somos parte activa en la rehabilitación y el auxilio de las sociedades heridas. Entre los diversos pilares que deberán sostener esta nueva construcción hay tres que tú, mejor que otros, puedes ayudar a colocar. Tres pilares: los sueños, la memoria y la oración. La cercanía del Señor dará la fuerza para emprender un nuevo camino incluso a los más frágiles de entre nosotros, por los caminos de los sueños, de la memoria y de la oración.”
- en nuestros sueños de justicia, de paz y de solidaridad está la posibilidad de que nuestros jóvenes tengan nuevas visiones, y juntos podamos construir el futuro.
- la memoria puede ayudar a construir un mundo más humano, más acogedor. Pero sin la memoria no se puede construir; sin cimientos nunca construirás una casa. Nunca. Y los cimientos de la vida son la memoria.
y recuerda este pensamiento del papa Benedicto: 

“La oración de los ancianos puede proteger al mundo, ayudándole tal vez de manera más incisiva que la solicitud de muchos”.
Y concluye Francisco su mensaje diciendo:
“Pido al Señor que, gracias también a su ejemplo, cada uno de nosotros ensanche su corazón y lo haga sensible a los sufrimientos de los más pequeños, y capaz de interceder por ellos. Que cada uno de nosotros aprenda a repetir a todos, y especialmente a los más jóvenes, esas palabras de consuelo que hoy hemos oído dirigidas a nosotros: “Yo estoy contigo todos los días”. Adelante y ánimo. Que el Señor los bendiga.”
En cada día de esta semana hay un santo que me gustaría recordar:
El mismo 25 de julio, Santiago Apóstol, patrono de España, el del famoso camino de Santiago, hacia Santiago de Compostela.
El lunes 26, como ya mencioné, san Joaquín y santa Ana, padres de la Virgen María.
El martes 27, san Pantaleón, médico y mártir de comienzos del siglo IV.
Miércoles 28, san Pedro Poveda, sacerdote y mártir, fundador de la Institución Teresiana.
El jueves 29, santa Marta de Betania, la hermana de María y Lázaro.
Viernes 30: san Pedro Crisólogo, gran predicador del siglo V. Crisólogo es su sobrenombre y significa que sus palabras son de oro.
Sábado 31, san Ignacio de Loyola, fundador de los jesuitas. Este año se celebran quinientos años de su conversión, que comenzó a partir de una herida de guerra. Quedó inmovilizado por un tiempo prolongado. Fue el quiebre de lo que hasta entonces había sido su vida como militar. Una interrupción que lo forzó a encontrarse consigo mismo en soledad y lo abrió al encuentro con Dios. Se vio pronto frente a dos caminos: volver a su vida anterior o seguir a Jesús al modo de los santos. Aprendió a escuchar a Dios y a tomarlo muy en serio, lo que generó un profundo cambio en su vida. Fue un largo proceso, que comenzó a partir de la conciencia de su fragilidad y una primera intuición del “tesoro” que es Dios mismo que lo movilizaba desde dentro. De aquel momento inicial se cumplen 500 años.

El mismo sábado 31 el P. Miguel Ángel Malesani celebrará los 50 años de su ordenación sacerdotal. Descubrió su vocación en su infancia en Italia. Se formó con los salesianos en Tierra Santa. Llegó a nuestra diócesis invitado por Mons. Nuti. Completó su formación en Uruguay, colaborando ya antes de su ordenación en la Catedral y en el Liceo Guadalupe. Como sacerdote estuvo 10 años en Canelones y lleva cuatro décadas en las parroquias de Migues y Montes. Desde hace días viene recogiendo numerosas muestras de gratitud y de cariño, bien merecidos.

En estos días está reunido el Comité del Patrimonio Mundial de la UNESCO para considerar monumentos propuestos por los gobiernos para ser declarados patrimonio mundial de la humanidad.
Uruguay presentó la obra del ingeniero Eladio Dieste, con la Iglesia Cristo Obrero de Estación Atlántida como trabajo más representativo. La decisión será tomada el miércoles o el jueves de la semana próxima.
Solemos decir “la iglesia”, pero, en realidad, es un conjunto formado por el templo, el baptisterio subterráneo y el campanario.
Atlántida fue fundada en 1911. La estación permaneció como el barrio donde vivían los obreros que trabajaban en la construcción de las casas del balneario y de algunos de los agricultores de la zona. En 1942 se inauguró una pequeña iglesia dedicada a Cristo Obrero. En 1957, el matrimonio Giudice-Urioste donó un terreno y asumió los gastos de la construcción de una nueva iglesia, que se construiría según el proyecto y bajo la dirección del ingeniero Eladio Dieste.
El ingeniero utilizó allí la cerámica armada, una técnica en la que se convirtió en un reconocido referente en todo el mundo.
La iglesia fue construida entre 1958 y 1960. Poco a poco comenzó a ser reconocida por su excepcional valor arquitectónico y fue reconocida como monumento histórico nacional en 1997.
La inclusión de este bien en la lista de patrimonio mundial de UNESCO sería altamente significativa para el país, para el departamento de Canelones y para nuestra diócesis.
Nos pone frente a la responsabilidad de cuidar y mantener este bien, de hacerlo accesible a los visitantes y, al mismo tiempo, continuar dándole el uso para el que fue destinado como “casa de Oración”, para la celebración de la Eucaristía y de los sacramentos.
Quedemos atentos, entonces, a las noticias de los próximos días.

Y esto es todo por hoy: gracias, amigas y amigos por su atención. No dejemos de cuidarnos unos a otros. Que el Señor los bendiga y hasta la próxima semana si Dios quiere.
 

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