El 11 de julio es el día de San Benito, fundador de la Orden Benedictina, un santo de hace 1500 años que sigue teniendo mucho para decir al mundo de hoy. San Pablo VI lo nombró, por fundadas razones, patrono de Europa. Joseph Ratzinger, al ser elegido sucesor de Pedro, lo hizo patrono de su pontificado, tomando su nombre, Benedicto, otra forma de Benito.
En nuestra diócesis está presente la congregación Benedictina de la Santa Cruz del Cono Sur, hoy solo en su rama femenina, en el monasterio Santa María Madre de la Iglesia, en El Palmar. El monasterio de La Pascua, donde estuvieron los benedictinos, sigue siendo un lugar de referencia para quienes buscan crecer en su vida espiritual.
Vamos a acercarnos a este gran santo que nos dejó el testimonio de su vida y plasmó sus enseñanzas en su famosa Regla.
Benito nació en Italia, no lejos de Roma, a fines del siglo V. Para entender mejor su época, recordemos un poquitito de historia del Imperio Romano.
Jesús nació en tiempos del primer emperador, Octavio Augusto.
El cristianismo se fue extendiendo por el imperio, sufriendo persecuciones y regando la tierra con la sangre de numerosos mártires.
En el año 313, el Emperador Constantino dictó el decreto de Milán, estableciendo la libertad religiosa en el Imperio. Los cristianos dejaron de ser perseguidos.
En el año 380, el Emperador Teodosio estableció el cristianismo como religión oficial.
A su muerte, el imperio se dividió en dos secciones: Oriente, con capital en Constantinopla y Occidente, con capital en Roma.
El Imperio Romano de Occidente terminó en el año 476, cuando el emperador Rómulo Augusto fue depuesto por Odoacro, jefe de uno de los pueblos llamados “bárbaros” que se habían ido introduciendo en el imperio.
Entonces… Benito nació en un mundo cristianizado pero que se encontraba en transformación, en un verdadero cambio de época. Era el fin de la época antigua y la transición a un nuevo período histórico que suele llamarse “Edad Media”.
La familia de Benito tenía una buena posición económica y lo envió a estudiar a Roma. El joven no se quedó allí mucho tiempo. Veía a sus compañeros llevar una vida moralmente muy desordenada, y no quería dejarse arrastrar por ellos. El Papa San Gregorio, que escribió la primera biografía de Benito decía que éste “solo quería agradar a Dios”. Buscando conocer la voluntad de Dios para su vida, se retiró con unos monjes y luego a vivir en soledad, como eremita, en Subiaco, donde pasó tres años. Fue un tiempo de maduración, que ha sido resumido de esta manera:
Allí tuvo que soportar y superar las tres tentaciones fundamentales de todo ser humano: la tentación de autoafirmarse y el deseo de ponerse a sí mismo en el centro; la tentación de la sensualidad; y, por último, la tentación de la ira y de la venganza. (Benedicto XVI, catequesis, 9 de abril 2008)Así alcanzó la paz en su alma y comenzó la fundación de monasterios en la zona de Subiaco. En el año 529 deja esa región para establecerse en Montecassino; un lugar a la vez retirado, pero también visible, en lo alto de un monte, para mostrar la fe como fuerza de vida. Allí murió, en el año 547, dejando con su Regla y con la familia benedictina un gran patrimonio para la Iglesia y el mundo.
Es conocido el lema de san Benito: ora et labora; reza y trabaja. La oración es fundamentalmente el Oficio Divino o Liturgia de las Horas, es decir, el rezo de los salmos y la lectura de la Palabra de Dios, distribuidos en diferentes momentos del día, ordenando los tiempos de oración, trabajo y descanso.
Como lo explica en el prólogo de la Regla, una parte muy importante de la oración es la escucha. De hecho, el imperativo “Escucha” es la primera palabra de la regla. Más adelante dice:
oigamos con oído atento lo que diariamente nos amonesta la voz de Dios (Prólogo, 9).Aquello que se escucha debe llevar a la acción, a la acción concreta: reza y trabaja.
el Señor espera que respondamos diariamente con obras a sus santos consejos (Prólogo, 35).Sin embargo, San Benito no olvida que solo somos colaboradores de Dios, es decir, que trabajamos junto con Él. Por eso, dice también la regla:
Ante todo, pídele con una oración muy constante que lleve a su término toda obra buena que comiences (Prólogo, 4)San Pablo VI, al proclamar a San Benito como patrono de Europa señala tres elementos decisivos en la obra benedictina: la cruz, el libro y el arado.
La cruz, signo de la Ley de Cristo; que ayudó en forma consistente a ordenar la vida pública y privada;
El libro, signo de la cultura, preservada en las bibliotecas de los monasterios, en numerosas copias hechas a mano;
Finalmente, el arado: el cultivo de los campos, sembrando y cosechando aún allí donde la tierra parecía yerma y estéril.
“Busca la paz y síguela” [Salmo 33 (34), 14]
dice uno de los salmos, que cita también san Benito en la Regla (Prólogo, 14). Como dice San Pablo,
Cristo es nuestra paz (Efesios 2,14).
El Señor nos llama a seguirlo y nos envía a anunciar su Palabra. Recemos juntos:
Señor y Dios nuestro, que hiciste del abad san Benito
un esclarecido maestro en la escuela del servicio divino,
concédenos que, sin anteponer nada a tu amor,
avancemos con un corazón generoso
por el camino de tus mandamientos.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios, por los siglos de los siglos.
(Misa de San Benito, oración colecta)
Martes 13 X 4
El martes 13 tenemos cuatro cosas a recordar:
- Es el día de María, Rosa Mística. En nuestra diócesis hay una capilla dedicada a ella en el territorio de la parroquia San Francisco, que tiene su sede en el municipio Colonia Nicolich.
- En 2003 se celebró la dedicación de la Catedral de Canelones, Santuario nacional de Nuestra Señora de Guadalupe.
- En 1986, hace 35 años, fue ordenado Obispo Mons. Orlando Romero, que comenzó como Obispo auxiliar de Montevideo y es actualmente Obispo emérito de nuestra Diócesis.
- El año pasado, a los 75 años, falleció un sacerdote de Don Orione, el Padre Manuel Barbé, que estuvo en distintos períodos en la parroquia y en el Cottolengo de La Floresta y que siguió allí viviendo su entrega sacerdotal hasta el final.
Nuestra Señora del Carmen
En esta semana celebramos también a la Virgen del Carmen, cuya fiesta es el viernes 16. Es la patrona de las parroquias de Migues y de Toledo, así como de varias capillas en las parroquias de Las Piedras, Sauce, Tala, y Pando.
Gracias, amigas y amigos, por su atención. Eso es todo por hoy. Cuídense mucho.
Que el Señor los bendiga y hasta la próxima semana si Dios quiere.
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