viernes, 19 de noviembre de 2021

“El que es de la verdad, escucha mi voz”. (Juan 18,33b-37). Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo.

 

Se acercaba en Jerusalén la fiesta de la Pascua. El prefecto Poncio Pilatos, máxima autoridad en la provincia romana de Judea, recibió a las autoridades judías que le presentaban a un hombre para que él lo juzgara. El prefecto preguntó de qué se le acusaba. La respuesta fue extraña: “si no fuera un malhechor, no te lo habríamos traído”. No había una acusación clara, aunque Pilatos parecía saber más de lo que le decían, porque encaró al sospechoso y le preguntó:
«¿Eres Tú el rey de los judíos?»
¿Qué respuesta esperaba Pilatos? Quien se proclamara rey de los judíos aparecería ante Roma como un sedicioso. Una respuesta negativa podía ser la de alguien injustamente acusado o la de un culpable que no quisiera auto incriminarse. La respuesta positiva, sabiendo que traería una inmediata condena, sería propia de un fanático, un zelote dispuesto a inmolarse por la causa.
La respuesta de Jesús, en cambio, es desconcertante:
«Mi realeza no es de este mundo
Si mi realeza fuera de este mundo,
los que están a mi servicio habrían combatido
para que Yo no fuera entregado a los judíos.
Pero mi realeza no es de aquí».»
Tal vez tenemos en nuestra memoria otra traducción de estas palabras: mi reino no es de este mundo. Pero “reino” hace pensar en un lugar, aunque no esté en este mundo. En cambio, “realeza” expresa la manera de ser rey. Jesús no es un rey al modo de los poderosos de este mundo. Su reino no debe ser confundido con ningún reino político. El es un rey servidor. Su realeza, su reinado, su reino es amor, amor que sirve. Su supremo acto de amor, su supremo acto de servicio, está a punto de producirse: su entrega en la cruz.
Aun desconcertado por la respuesta de Jesús, Pilatos no deja de reparar en la situación incongruente que tiene ante él. Un hombre que se proclama rey, pero que está arrestado y ha sido insultado y escarnecido. Por eso, vuelve a preguntar:
«¿Entonces Tú eres rey?»
La respuesta de Jesús es ahora afirmativa, pero amplía la dimensión de su realeza: su reino es Verdad.
«Tú lo dices: Yo soy rey.
Para esto he nacido y he venido al mundo:
para dar testimonio de la verdad.
El que es de la verdad, escucha mi voz».
Comentando estas palabras de Jesús, decía el Papa Benedicto XVI:
“Jesús ha venido para revelar y traer una nueva realeza, la de Dios; ha venido para dar testimonio de la verdad de un Dios que es amor (cf. 1 Juan 4,8-16) y que quiere establecer un reino de justicia, de amor y de paz (cf. Prefacio). Quien está abierto al amor, escucha este testimonio y lo acepta con fe, para entrar en el reino de Dios.”

Y concluyo yo, ahora: en este mundo donde todo se relativiza y parecen caer todas las certezas, volvamos a contemplar a Jesucristo reinando desde la cruz. Él ha dado la vida por la verdad. La verdad, en Él, no es una idea abstracta, no es un hallazgo científico ni el resultado de un brillante razonamiento: la verdad es él mismo, la verdad es su entrega en la cruz, la verdad es su amor que vence a la muerte. 

“¡A Él sea la gloria y el poder por los siglos de los siglos! Amén.” (segunda lectura, Apocalipsis 1,5-8)

Conferencia Episcopal del Uruguay

Del 10 al 16 estuvo reunida en Florida la asamblea de la Conferencia Episcopal del Uruguay. Fue una asamblea electiva y en ella se me pidió un servicio que ya desempeñé hace algunos años: el de Secretario General. Nuestro obispo emérito, Mons. Sanguinetti, continuará al frente de la Comisión de Cultura, en la que ha llevado adelante varias importantes iniciativas.

Comienza la Asamblea Eclesial

Desde hoy hasta el domingo 28 se realizará la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe. 50 personas estarán reunidas presencialmente en México, junto a la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, mientras otros mil estaremos conectados, participando virtualmente desde todos los países de la región.
El propósito de la asamblea es recuperar las conclusiones de la V Conferencia General del Episcopado de América Latina y el Caribe que se reunió en Aparecida en 2007. El Papa Francisco, que, siendo arzobispo de Buenos Aires, fue uno de los principales redactores, ha señalado que hay allí una riqueza desconocida para muchos católicos. Volver a leer Aparecida, desde nuestra realidad actual, para reafirmar nuestra identidad de discípulos misioneros de Jesucristo y nuestro compromiso pastoral para que nuestros pueblos en Él tengan vida.
Para todo el que quiera hacerlo, será posible seguir las principales celebraciones, así como las ponencias que se presenten a lo largo de la semana. También es posible descargar los distintos documentos con los que trabajarán los asambleístas.
Todo ello en el sitio web: asambleaeclesial.lat

Diócesis de Canelones: 60 años

El 25 de noviembre de 1961 el Papa Juan XXIII creó la Diócesis de Canelones. El 2 de enero del año siguiente nombró Obispo a Mons. Orestes Santiago Nuti, hasta entonces Obispo de Melo. Mons. Nuti llegó a la Diócesis el 25 de marzo de 1962.
El jueves, en la Catedral, a las 19 horas, celebraremos con memoria agradecida los 60 años de nuestra diócesis canaria.

Calendario de la semana

El 21 de noviembre normalmente celebramos la Presentación de María; este año no lo hacemos al coincidir con Cristo Rey. Sin embargo, sí celebraremos la fiesta patronal de la Parroquia Nuestra Señora de La Paz. Éste es también, en Uruguay, el día de la vida consagrada. Nuestras felicitaciones a la comunidad de La Paz y a todas las personas consagradas que ofrecen en nuestra diócesis su testimonio y su servicio.

El lunes 22 recordamos a Santa Cecilia, virgen y mártir, patrona de la música.
Martes 23: San Clemente I, Papa y mártir; San Columbano, Abad.
Miércoles 24: Santos Andrés Düng-Lac, presbítero y compañeros mártires de Vietnam.
Jueves 25: Santa Catalina de Alejandría, virgen y mártir

El sábado 27, día de la Virgen de la Medalla Milagrosa, celebraremos la fiesta patronal de la parroquia a ella dedicada, que se encuentra en el Municipio 18 de Mayo, muy cerca del Hogar San José, de las Hermanas de Santa Teresa de Calcuta.

El domingo 28 es el primero del tiempo de Adviento. Comienza un nuevo año litúrgico y comenzamos también con un nuevo protocolo en este tiempo de pandemia. El aforo de los templos se ampliará a la totalidad de asientos disponibles, manteniendo, eso sí, el uso de la mascarilla y el alcohol en gel. El Adviento es un tiempo que, de por sí, nos llama a volvernos a Dios en actitud de conversión. Un tiempo para el encuentro o el reencuentro con el Señor en la Eucaristía y en los sacramentos.

Gracias, amigas y amigos por su atención. Que los bendiga Dios todopoderoso: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén.

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