viernes, 27 de septiembre de 2024
Palabra de Vida: Conocer a Jesús en la práctica de la Palabra. Lucas 9,18-22.
jueves, 26 de septiembre de 2024
“El que no está contra nosotros está con nosotros”. (Marcos 9,38-43.45.47-48). XXVI Domingo durante el año.
En el año 1940, durante la segunda guerra mundial, llegó desde Suiza a un pueblo de Francia un hombre llamado Roger Schutz. El pueblo era Taizé, y fue allí donde aquel cristiano suizo, de tradición protestante, terminada la guerra, fundó una comunidad monástica integrada por hermanos protestantes, ortodoxos y católicos. Poco a poco, la comunidad se convirtió en un centro de peregrinación y lugar de encuentro para jóvenes de diferentes iglesias. Allí escuchaban juntos la Palabra de Dios y oraban en común, muchas veces con cantos hermosos y sencillos, como el “aleluya” que seguimos cantando. El Hermano Roger murió en 2005, pero la comunidad continúa en su trabajo y oración por la unidad de los cristianos. Entre los libros que recogieron las reflexiones de Roger Schutz hay uno cuyo solo título me llamó la atención: “Vivir lo inesperado”. Lo inesperado es la acción sorprendente de Dios, que rompe nuestros esquemas.
De eso nos hablan las lecturas de este domingo. El Espíritu de Dios actúa y muchas veces nos sorprende. Así, en la primera lectura, Dios pide a Moisés que reúna a setenta ancianos para comunicarles parte del espíritu que ha recibido Moisés. Así lo hizo el conductor de Israel. Los hombres recibieron el espíritu y comenzaron a hablar en éxtasis. Pero dos de aquellos setenta habían quedado en el campamento. Como estaban en la lista, el espíritu también se posó sobre ellos y se pusieron a hablar en éxtasis. Al enterarse de esto, Josué, ayudante de Moisés, le dice:
«Moisés, señor mío, no se lo permitas». (Números 11, 16-17a.24-29)
Pero Moisés le respondió:
«¿Acaso estás celoso a causa de mí? ¡Ojalá todos fueran profetas en el pueblo del Señor, porque Él les infunde su espíritu!» (Números 11, 16-17a.24-29)
El evangelio nos presenta una variedad de temas; pero esta primera lectura nos invita a ver el paralelo entre el joven Josué y el discípulo Juan, que le dice a Jesús:
«Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu Nombre, y tratamos de impedírselo porque no es de los nuestros». (Marcos 9, 38-43. 45. 47-48)
También vemos un paralelo entre la respuesta de Moisés y la de Jesús:
«No se lo impidan, porque nadie puede hacer un milagro en mi Nombre y luego hablar mal de mí. Y el que no está contra nosotros, está con nosotros.» (Marcos 9, 38-43. 45. 47-48)
Sí, Dios rompe los esquemas. Se hace presente allí donde hay amor, bondad, misericordia. El bien, independientemente de dónde esté y quién lo haga, siempre viene de Dios. Aquel que ayuda a los necesitados, protege a los débiles, consuela a los que lloran, fomenta la amistad, trabaja por la paz y está listo para perdonar, siempre viene de Dios.
Es verdad que no podemos ser ingenuos, porque el mal también puede tomar apariencia de bien y muchas cosas que en sí son buenas, pueden ser realizadas con intenciones no tan santas. En su primera carta, san Juan nos pide estar atentos para discernir si lo que vemos viene o no del Espíritu de Dios:
Queridos míos, no crean a cualquiera que se considere inspirado: pongan a prueba su inspiración, para ver si procede de Dios, porque han aparecido en el mundo muchos falsos profetas. (1 Juan 4,1)
Pero, como dice un viejo refrán, “confiar en todos no es sensato, pero desconfiar de todos es más insensato aún”. Moisés y Jesús saben que la acción de Dios no se limita a un pequeño grupo. Dijo Jesús a Nicodemo:
El viento sopla donde quiere: tú oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Lo mismo sucede con todo el que ha nacido del Espíritu». (Juan 3,8)
El Espíritu de Dios es grande y no conoce fronteras. ¡Felices nosotros, si sabemos reconocerlo y recibirlo!
Otro punto en el que poner atención es la referencia al nombre de Jesús. El hombre que expulsaba demonios lo hacía en nombre de Jesús. Nosotros, creyentes, discípulos, estamos llamados a actuar en nombre de Jesús. No se trata de hacer cosas extraordinarias, sino de dejar que aparezca en nuestra vida cotidiana la fuente de donde bebemos, de donde recibimos el Espíritu de Dios. Si es así, sin orgullo y con humildad, podemos decir que actuamos “en nombre de Jesús”.
Actuar en nombre de Jesús tiene un punto de partida: reconocernos como pecadores. Lo hacemos al comienzo de cada Misa, preparando nuestro corazón para el encuentro con el Señor… Lo hacemos toda vez que nos encontramos con nuestras contradicciones, con nuestra fragilidad, con las faltas de las que pedimos perdón en el sacramento de la Reconciliación. No actuamos en nombre de Jesús desde arriba de ningún pedestal, sino desde la experiencia de haber encontrado la misericordia de Dios y de desear y pedir que él haga nuestro corazón semejante al suyo.
Es aquí donde entran en juego las duras palabras de Jesús que escuchamos también este domingo. Son palabras que nos hablan de cortes radicales:
Si tu mano es para ti ocasión de pecado, córtala…
Y si tu pie es para ti ocasión de pecado, córtalo…
Y si tu ojo es para ti ocasión de pecado, arráncalo… (Marcos 9, 38-43. 45. 47-48)
Desde luego, no es para tomarlo al pie de la letra. Tenemos las manos para recibir los bienes de Dios y compartirlos con los demás. Tenemos los pies para unirnos al grupo de discípulos que sigue el camino de Jesús. Tenemos los ojos, espejo del alma, para traslucir el bien presente en nuestro corazón… Cortar con el mal y volver siempre a Jesús, para que Él purifique nuestro corazón, quitando las sombras del egoísmo y acrecentando nuestro amor, con la fuerza de su espíritu que sopla donde quiere.
En esta semana:
Domingo 29, día de los Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael. San Miguel es el patrono de la Diócesis de Salto y San Rafael copatrono de la Catedral de Melo.
Lunes 30, San Jerónimo, gran traductor al latín que hablaba el pueblo de su tiempo, de la Biblia conocida como “Vulgata”. Con su fiesta concluye el Mes de la Palabra de Dios o Mes de la Biblia.
Martes 1 de octubre, Santa Teresa del Niño Jesús o Santa Teresita, maestra de espiritualidad y patrona de las misiones.
Miércoles 2, santos Ángeles custodios, servidores de Dios y protectores de los hombres.
Viernes 4, San Francisco de Asís, el gran santo que eligió la humildad y la pobreza como forma de vida y nos invita al desapego de todo aquello que nos impide seguir a Jesús.
Sábado 5 y domingo 6, en Uruguay es el día del patrimonio, este año con el tema “El vino como tradición: inmigración, trabajo e innovación”, temática que toca muy especialmente a nuestro departamento, que se define como “tierra de vinos”.
Fiesta Diocesana
Me despido invitando a todos los fieles de la diócesis de Canelones a participar en nuestra fiesta diocesana, el domingo 13 en Villa Guadalupe.
Gracias, amigas y amigos por su atención. Que los bendiga Dios todopoderoso: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén.
Palabra de Vida: Y trataba de ver a Jesús. Lucas 9,7-9
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miércoles, 25 de septiembre de 2024
Palabra de Vida: Anunciar la Buena Noticia. Lucas 9,1-6.
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lunes, 23 de septiembre de 2024
Palabra de Vida: Escuchar el clamor de los pobres. Proverbios 21,1-6.10-13.
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viernes, 20 de septiembre de 2024
San Mateo, Apóstol y Evangelista. "Es una sola esperanza a la que ustedes han sido llamados" (Efesios 4,17.11-13).
Palabra de Vida.
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“El que quiera ser el primero debe hacerse el servidor de todos” (Marcos 9,30-37). Domingo XXV durante el año.
Cuántas veces nos hemos acercado a un grupo de amigos o conocidos que están conversando y saludamos con un “¿Qué tal, cómo andan, de qué estaban hablando?” Lo esperable es que alguien nos ponga brevemente al tanto y nos enganchemos en la conversación… sin embargo, si la respuesta fuera un inmediato silencio, cruces de miradas y alguien que nos devuelve el saludo con una cortesía más bien fría, nos preguntamos si no habremos sido indiscretos o, peor, si se estaba diciendo algo que no querían que yo escuchara.
Así le sucedió a Jesús con sus discípulos en el evangelio de este domingo. Llegando a la casa, les preguntó:
«¿De qué hablaban en el camino?» Ellos callaban, porque habían estado discutiendo sobre quién era el más grande. (Marcos 9,33-34)
La pregunta de Jesús, pues, fue respondida con un silencio.. de culpa, de vergüenza… Los discípulos se estaban enfrentando, estaban disputando un lugar de privilegio. Iban caminando detrás de Jesús, pero no lo estaban siguiendo espiritualmente. El domingo pasado, recordemos, escuchamos a Jesús decir con claridad:
El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. (Marcos 8,34)
Más aún, Jesús había hecho el primer anuncio de su pasión. Y antes de esta discusión de los discípulos, había hecho su segundo anuncio:
«El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres; lo matarán y tres días después de su muerte, resucitará» (Marcos 9,31)
Este nuevo anuncio tiene alguna diferencia con el primero. En lo esencial, dice lo mismo: lo matarán y resucitará al tercer día. Pero en el primer anuncio, Jesús hablaba del rechazo de las autoridades: “los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas”. Aquí, en cambio, habla de “los hombres”. No se trata solo del rechazo circunstancial, histórico de algunos, sino del rechazo de una humanidad que no reconoce en Jesús la manifestación de Dios, la expresión del inmenso amor de Dios. Humanidad para la que la presencia de Jesús es molesta, como la del hombre justo de quien habla la primera lectura y del cual dicen los malvados:
Tendamos trampas al justo, porque nos molesta
y se opone a nuestra manera de obrar (Sabiduría 2,12.17-20)
En este contexto, la discusión de los discípulos nos choca. Jesús anuncia que va a ser entregado, que va a sufrir, que va a morir, e invita a tomar la propia cruz para seguirlo. Los discípulos, en cambio, tienen delirios de grandeza.
Pero aquí, como el domingo pasado, vemos la paciencia de Jesús. En lugar de descartar estos discípulos tan cerrados y buscar otros que lo siguieran de verdad, Jesús sigue enseñando. Aquí podemos hacer un paréntesis y mirar dentro de nosotros mismos y reconocernos en esos discípulos que se cierran a la enseñanza del Maestro… y contemplar su paciencia con nosotros… y así, prepararnos para escuchar lo que sigue diciendo Jesús.
Entonces, sentándose, llamó a los Doce y les dijo: «El que quiere ser el primero, debe hacerse el último de todos y el servidor de todos».
Después, tomando a un niño, lo puso en medio de ellos y, abrazándolo, les dijo: «El que recibe a uno de estos pequeños en mi Nombre, me recibe a mí, y el que me recibe, no es a mí al que recibe, sino a Aquel que me ha enviado». (Marcos 9,35-37)
Se trata de dos enseñanzas, pero no hay que separarlas.
Antes que nada: ser el primero, ser el más grande, es hacerse el último y el servidor de todos. Jesús predica eso con su ejemplo constante. El lavado de los pies, en la última cena, realizando esa tarea destinada al servidor, al esclavo, nos presenta a Jesús poniendo en práctica su propia palabra e invitándonos a imitarlo.
Luego: ¿a qué viene aquí lo del niño? Seguramente recordamos otros pasajes del Evangelio donde Jesús habla de ser como niños. Aquí no habla de eso. Aquí habla de recibir a los niños, “a uno de estos pequeños”. No simplemente recibirlos, sino recibirlos en su Nombre.
¿Qué significa esto? Jesús se refiere al niño como “pequeño”. No es solo por la edad o por el tamaño. Los discípulos discutían sobre quién era el más grande. Jesús les señala que el más grande es el que recibe a los pequeños en su Nombre.
Todo aquel que busca subir socialmente, tiende a acercarse a las personas que le permitirán ese ascenso. Personas “grandes”: ricas, poderosas, influyentes. A la vez, se distancia de aquellos que no pueden ofrecerle nada de eso. Al contrario, el niño, el pequeño, representa a quien no tiene nada y necesita de todo. Por eso, “hacerse servidor de todos” comienza, precisamente por el cuidado y el servicio de los más pequeños en todo sentido: los más vulnerables, como suele decirse hoy en día.
En Uruguay, los niños están allí. Ellos llaman a nuestra conciencia. Los niños por nacer y su derecho a que su vida no sea truncada… y están los que ya nacieron, muchos de los cuales crecen en situaciones de pobreza que no terminan de revertirse. La infantilización de la pobreza y qué hacer para enfrentarla es un tema que reaparece en estos días.
Desde el Estado se han implementado diferentes políticas, se han creado programas de atención a la infancia. En ellos participan organizaciones de la sociedad civil y también de la propia Iglesia. Muchas carencias se cubren de esta forma.
Con todo, la carencia más profunda, la pobreza más honda, es la falta de amor. La mayor necesidad, no satisfecha y muchas veces inconsciente, de cada persona que viene a este mundo, es la necesidad de ser amada incondicionalmente y de que se le haga sentir su valor como un ser único, cuya vida tiene lugar y sentido aquí y ahora. Nuestro mejor y más grande servicio, como seguidores de Jesús, es llevar a todos el amor de su Sagrado Corazón. Para eso le pedimos al Señor que cada día haga nuestro corazón más semejante al suyo.
Actividades en la Villa
Nuestra Casa de Retiros Villa Guadalupe ha tenido mucho movimiento en lo que va del mes. Sacerdotes y diáconos estuvimos allí de retiro durante una semana. Hoy culmina el encuentro nacional de los GEV, Grupos “Esperanza Viva” relacionados a la Fazenda de la Esperanza. Esta tarde, un encuentro de Música y Espiritualidad. El fin de semana que viene, el Cursillo de Cristiandad para Mujeres. En fin, eso nos habla de una Iglesia viva, signo de esperanza, como nos lo mostraron los jóvenes hace quince días en Pando.
En esta semana
- Hoy, 22, la parroquia San Adolfo celebra su fiesta patronal.
- Mañana, lunes 23, recordamos a San Pío de Pietrelcina, el querido Padre Pío.
- El martes 24, la Virgen de las Mercedes, patrona de la Diócesis de Mercedes (Soriano y Colonia) y de la Pastoral Carcelaria.
- El viernes 27, San Vicente de Paúl, celebro mis aniversarios sacerdotal (1986) y episcopal (2003).
- El sábado 28, en Salto, estaré participando en la ordenación sacerdotal de dos jóvenes.
- Se ha anunciado para el primero de diciembre, en Santa Rosa, la ordenación de Sergio Genta.
Gracias, amigas y amigos por su atención. Que los bendiga Dios todopoderoso: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén.
Palabra de Vida: Ayudar con nuestros bienes (Lucas 8,1-3)
20 de septiembre de 2024.
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jueves, 19 de septiembre de 2024
Palabra de Vida: “Por la gracia de Dios soy lo que soy” (1 Corintios 15,1-11)
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miércoles, 18 de septiembre de 2024
Palabra de Vida: “Si no tengo amor, no soy nada” (1 Corintios 12,31-13,13)
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martes, 17 de septiembre de 2024
Palabra de Vida: “Ustedes aspiren a los dones más perfectos” (1 Corintios 12,12-14.27-31a)
Martes de la XXIV semana durante el año
17 de septiembre de 2024.
Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto. 12, 12-14. 27-31a
Hermanos:
Así como el cuerpo tiene muchos miembros, y sin embargo, es uno, y estos miembros, a pesar de ser muchos, no forman sino un solo cuerpo, así también sucede con Cristo. Porque todos hemos sido bautizados en un solo Espíritu para formar un solo Cuerpo -judíos y griegos, esclavos y hombres libres- y todos hemos bebido de un mismo Espíritu.
El cuerpo no se compone de un solo miembro, sino de muchos.
Ustedes son el Cuerpo de Cristo, y cada uno en particular, miembros de ese Cuerpo.
En la Iglesia, hay algunos que han sido establecidos por Dios, en primer lugar, como apóstoles; en segundo lugar, como profetas; en tercer lugar, como doctores. Después vienen los que han recibido el don de hacer milagros, el don de sanar, el don de socorrer a los necesitados, el don de gobernar y el don de lenguas. ¿Acaso todos son apóstoles? ¿Todos profetas? ¿Todos doctores? ¿Todos hacen milagros? ¿Todos tienen el don de sanar? ¿Todos tienen el don de lenguas o el don de interpretarlas?
Ustedes, por su parte, aspiren a los dones más perfectos.
Palabra de Dios.
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sábado, 14 de septiembre de 2024
Exaltación de la Santa Cruz Abrazar, en la Cruz, nuestra Esperanza. Juan 3,13-17
Sábado 14 de septiembre de 2024.
Reflexión: Papa Francisco, 14 de septiembre de 2014
viernes, 13 de septiembre de 2024
Palabra de Vida: “Me hice todo para todos... y todo esto, por amor al Evangelio” (1 Corintios 9,16-19.22b-27)
Viernes XXIII durante el año.
Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto 9, 16-19. 22b-27
Hermanos:
Si anuncio el Evangelio, no lo hago para gloriarme: al contrario, es para mí una necesidad imperiosa. ¡Ay de mí si no predicara el Evangelio! Si yo realizara esta tarea por iniciativa propia, merecería ser recompensado, pero si lo hago por necesidad, quiere decir que se me ha confiado una misión. ¿Cuál es entonces mi recompensa? Predicar gratuitamente el Evangelio, renunciando al derecho que esa Buena Noticia me confiere.
En efecto, siendo libre, me hice esclavo de todos, para ganar al mayor número posible. Me hice todo para todos, para ganar por lo menos a algunos, a cualquier precio. Y todo esto, por amor al Evangelio, a fin de poder participar de sus bienes.
¿No saben que en el estadio todos corren, pero uno solo gana el premio? Corran, entonces, de manera que lo ganen. Los atletas se privan de todo, y lo hacen para obtener una corona que se marchita; nosotros, en cambio, por una corona incorruptible. Así, yo corro, pero no sin saber adonde; peleo, no como el que da golpes en el aire. Al contrario, castigo mi cuerpo y lo tengo sometido, no sea que, después de haber predicado a los demás, yo mismo quede descalificado.
Palabra de Dios.
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jueves, 12 de septiembre de 2024
“El que pierda su vida por mí y por la Buena Noticia, la salvará” (Marcos 8,27-35). Domingo XXIV durante el año.
¡Retírate, ve detrás de mí, Satanás! Hoy, en el evangelio, escuchamos una de las palabras más fuertes que nos han quedado de Jesús. Algunos, incluso, las recuerdan en latín: “vade retro”; aunque, en realidad, como veremos, la expresión completa es “vade retro me”.
Pero ¿A quién le está hablando Jesús? ¿Por qué le dice eso? Vamos a verlo.
Jesús se había llevado a sus discípulos a un lugar apartado, fuera, incluso, de su tierra: la región de Cesarea de Filipo.
Allí les hizo una especie de examen sobre lo que ellos habían aprendido. No les preguntó acerca de sus enseñanzas o de sus milagros, sino qué era lo que tanto la gente como sus discípulos veían en Él.
“¿Quién dice la gente que soy yo?” (Marcos 8,27)
“Y ustedes ¿Quién dicen que soy yo?” (Marcos 8,29a)
La respuesta de los discípulos la dio Pedro:
“Tú eres el Mesías” (Marcos 8,29b)
Sin embargo, no es seguro que supieran lo que significaba eso para Jesús, es decir, cómo entendía Jesús su misión de Mesías. Y por eso…
Comenzó a enseñarles que el Hijo del hombre debía sufrir mucho y ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas; que debía ser condenado a muerte y resucitar después de tres días; y les hablaba de esto con toda claridad. (Marcos 8,31)
Este anuncio de sufrimiento y muerte, totalmente inesperado y sorprendente, aunque también hablaba de resurrección, provocó la reacción de Pedro:
Pedro, llevándolo aparte, comenzó a reprenderlo. (Marcos 8,32b)
Y es esa reacción lo que generó las palabras con las que iniciamos esta reflexión:
¡Retírate, ve detrás de mí, Satanás! (Marcos 8,33)
En latín: “vade retro me, Sátana”
En griego: Ὕπαγε ὀπίσω μου, Σατανᾶ (ipaié opiso mu Sataná)
A ninguno de nosotros nos gustaría que nos llamaran “Satanás”. Satanás es la presencia del mal en el mundo, el enemigo del género humano… pero, al llamar “Satanás” a Pedro, Jesús está tomando un aspecto del maligno, el de tentador, que Jesús mismo experimentó.
En el mismo sentido va lo que sigue diciendo Jesús a Pedro:
Tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres. (Marcos 8,33)
Al llamarlo “Satanás”, Jesús quiere hacerle ver a Pedro que está actuando como el tentador: que está pretendiendo que Jesús se aparte del plan de Dios. Más aún, pensando así, Pedro mismo se está saliendo del buen camino.
Sin embargo, no es lo mismo decir simplemente “quítate, aléjate, apártate”, como mandado salir del camino, que decir “ve detrás de mí” o “ponte detrás de mí”, que es como aparece en el texto griego, que podría incluso traducirse “vuelve detrás de mí”.
Jesús no quiere apartar a Pedro. Jesús quiere que Pedro vuelva a su lugar de discípulo, siguiendo a Jesús. “Opiso mu”, detrás de mí, es la misma expresión que había usado Jesús al llamar a Pedro y Andrés:
“Síganme” Δεῦτε ὀπίσω μου (Marcos 1,17) (deute opiso mu)
Ponte detrás de mí, le dice Jesús a Pedro, porque ése es tu lugar, el lugar del discípulo que sigue al Maestro; no el de quien se pone delante, cortándole el camino o, peor, pretendiendo guiarlo, sin conocer la meta verdadera.
Hasta aquí la corrección a Pedro, de la que ya podríamos sacar conclusiones para nuestra vida, si queremos seguir a Jesús. Pero Jesús va a ser mucho más explícito, indicando con claridad lo que significa seguirlo:
«El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí y por la Buena Noticia, la salvará» (Marcos 8,34-35)
Tomar la propia cruz, porque cada uno tiene la suya, para acompañar a Jesús en su camino. El camino de Jesús no es fácil, no es cómodo. No es el camino del éxito ni de la gloria del mundo, la gloria que pasa. Es el camino que lleva a la verdadera libertad, la que da su sí al amor de Dios, al proyecto de Dios para nuestra vida.
Jesús nos llama a perder la vida por Él, por el Evangelio, para recibirla renovada y realizada. Es el camino que lleva a la resurrección, a la vida plena y definitiva con Dios.
Para seguir ese camino, nos ponemos detrás de Jesús: nos dejamos guiar por su Palabra, leída, meditada y practicada personalmente y con la Iglesia, en comunidad. Buscamos a Jesús presente en los sacramentos, de manera que Él mismo nos alimente y fortalezca, para que podamos caminar detrás de Él.
Pando: 45ª Jornada Nacional de la Juventud
Más de mil ochocientos jóvenes participaron en la cuadragésimo quinta Jornada Nacional de la Juventud que se realizó el pasado fin de semana en Pando, con el lema “Jesús, esperanza que nos transforma”.
En esta semana
- Este domingo culmina el Congreso Eucarístico Internacional en Quito, convocado bajo el lema “Fraternidad para sanar el mundo”. En él está participando, delegado por la Conferencia Episcopal del Uruguay, nuestro obispo emérito Mons. Alberto Sanguinetti.
- El lunes 16 recordamos a los santos Cornelio, papa y Cipriano, obispo, mártires
- El miércoles 18, san José de Cupertino, un santo a cuya intercesión suelen recurrir muchos estudiantes.
- El jueves 19, en Uruguay, celebramos la memoria de las beatas Dolores y Consuelo Aguiar-Mella Díaz, vírgenes, nacidas en Montevideo, mártires en 1936 durante la persecución religiosa en España.
- Viernes 20, San Andrés Kim Taegon, presbítero y san Pablo Chong Hasang y compañeros, mártires en Corea.
- Sábado 21, fiesta de San Mateo, apóstol y evangelista.
Gracias, amigas y amigos. Que los bendiga Dios todopoderoso: Padre, Hijo y Espíritu Santo.