Siguiendo algo que parece una tradición de los Obispos de Melo, he llegado a esta parroquia para unos días de descanso, al tiempo que colaboro con la celebración de la Misa diaria y algún tiempo para celebrar el Sacramento de la Reconciliación.
Mons. Cáceres solía venir a La Barra en tiempos en que este era un sitio mucho más tranquilo, y paraba en una casa que era propiedad de un grupo de sacerdotes.
Mons. del Castillo, antes de su viaje a Cuba, estuvo atendiendo esta Parroquia.
Aquí estoy desde el lunes, con mi hermana y uno de mis sobrinos y el P. Lucio, de la Diócesis de Canelones.
+ Heriberto
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