A cinco años de su partida
Benedicto XVI recuerda la fe inquebrantable de Juan Pablo II
El año pasado, Benedicto XVI, en la Santa Misa en sufragio del venerable Siervo de Dios Juan Pablo II,a los cinco años de su muerte, comentó la parábola del profeta Isaías dedicada al siervo fiel, cuya firmeza es inquebrantable y cuya energía no desfallece hasta que no realice la tarea asignada. "Cuánto afirma el profeta -dijo el Santo Padre- lo podemos aplicar al amado Juan Pablo II: el Señor lo llamó a su servicio y, confiándole tareas de mayor responsabilidad cada vez, lo acompañó con su gracia y su asistencia continua. Durante su largo pontificado, se prodigó para proclamar el derecho con firmeza, sin debilidad o vacilación, sobre todo cuando debía medirse con resistencias, hostilidades o rechazos. Sabía que el Señor lo había tomado de la mano y esto le permitió ejercer un ministerio muy fecundo por el que una vez más damos gracias a Dios".
Cualquier gesto de caridad y devoción auténtica a Cristo no es solo un hecho personal, no se refiere sólo a la relación entre el individuo y el Señor, sino que atañe a todo el cuerpo de la Iglesia, es contagioso: infunde amor, alegría, luz".
"Toda la vida del venerable Juan Pablo II se desarrolló en el signo de esa caridad, de la capacidad de entregarse con generosidad y sin reservas, sin medida, sin cálculo. Le movía el amor por Cristo, al que consagró su vida, un amor superabundante e incondicional. Y precisamente porque se acercó cada vez más a Dios en el amor, pudo hacerse compañero de viaje para el ser humano de hoy, difundiendo en el mundo el perfume del amor de Dios".
"Quien tuvo la alegría de conocerlo y frecuentarlo -dijo el Papa- pudo ver de cerca lo viva que estaba en él la certeza de "contemplar la bondad del Señor en la tierra de los vivientes", (...) certeza que lo acompañó en el curso de su existencia y que, de forma particular, se manifestó durante el último período de su peregrinación en esta tierra: la progresiva debilidad física, no mermó jamás su fe inquebrantable, su luminosa esperanza, su caridad ferviente. Se dejó consumir por Cristo, por la Iglesia, por el mundo entero: el suyo fue un sufrimiento vivido hasta el final por amor y con amor".
"La vida y la obra de Juan Pablo II -subrayó- son para vosotros motivo de orgullo. Sin embargo, hace falta que recordéis que supone también un llamamiento a ser fieles testigos de la fe, de la esperanza y del amor, que nos enseñó ininterrumpidamente"
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El espíritu de Dios esta en este lugar El espíritu de Dios se mueve en este lugar Esta aquí para consolar Esta aquí para liberar Esta aquí para guiar el espíritu de Dios esta aquí:
El Domingo de Pascua de la Divina Misericordia coincidirá este año con el dia de los trabajadores,. Pero ese día lo pasaremos a recordar tambien como un momento muy importante en la historia de nuestra iglesia porque ese domingo, el Papa Benedicto XVI, en la misa que presidirá en el Vaticano, va a realizar el rito de beatificación de Juan Pablo II.
Como se sabe, la Causa, por dispensa pontificia, comenzó antes de que transcurrieran los cinco años desde la muerte del Siervo de Dios, exigidos por la normativa vigente. Esta medida fue solicitada por la imponente fama de santidad de la que gozó Juan Pablo II en su vida, en la muerte y después de la muerte. Por lo demás, se observaron en su totalidad las disposiciones canónicas comunes acerca de las causas de beatificación y canonización.
De junio de 2005 a abril de 2007 tuvieron lugar la investigación diocesana principal romana y las rogatoriales en diferentes diócesis, sobre la vida, las virtudes y la fama de santidad y de milagros. La validez jurídica de los procesos canónicos fue reconocida por la Congregación para las Causas de los Santos con el Decreto del 4 de mayo de 2007. En junio de 2009, examinada la "Positio", nueve consultores teólogos de la Congregación dieron su parecer positivo sobre la heroicidad de las virtudes del Siervo de Dios. En noviembre, siguiendo el procedimiento habitual, la misma "Positio" fue sometida al juicio de los cardenales y obispos de la Congregación para las Causas de los Santos, que se expresaron con sentencia afirmativa.
El 19 de diciembre de 2009, el Sumo Pontífice Benedicto XVI autorizó la promulgación del decreto sobre la heroicidad de las virtudes.
En vista de la beatificación del Venerable Siervo de Dios, la postulación de la causa presentó al examen de la Congregación para las Causas de los Santos la curación de la "enfermedad de Parkinson" de la hermana Marie Simón Pierre Normand, religiosa del Institut des Petites Soeurs des Maternités Catholiques.
Como es habitual, las numerosas actas de la investigación canónica, regularmente instruida, junto con los detallados exámenes médico-legales, se sometieron al examen científico de la Consulta Médica de la Congregación para las Causas de los Santos, el 21 de octubre de 2010. Sus expertos, tras haber estudiado con la habitual minuciosidad los testimonios procesales y toda la documentación, se expresaron a favor de que la curación era científicamente inexplicable. Los consultores teólogos, tras haber revisado las conclusiones médicas, el 14 de diciembre de 2010 procedieron a la valoración teológica del caso y reconocieron por unanimidad la unicidad, la antecedencia y la invocación coral dirigida al Siervo de Dios Juan Pablo II, cuya intercesión había sido eficaz para la curación milagrosa.
Por último, el 11 de enero de 2011, se celebró la Sesión Ordinaria de cardenales y obispos de la Congregación para las Causas de los Santos, que emitió un fallo unánime y afirmativo, considerando milagrosa la curación de la hermana Marie Simón Pierre, en cuanto realizada por Dios de modo científicamente inexplicable, después de interceder al Papa Juan Pablo II, invocado con confianza tanto por la misma persona curada como por muchos otros fieles.
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Es posible renunciar y entregarse por entero… y darlo todo Es posible perdonarse y decir lo siento… y sonriendo abrazar al enemigo…Todo es posible con el, el camino es menos empinado, la vida mas hermosa, la libertad mas fácil, la soledad menos dura… Todo es posible.
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