El arzobispo de Argel habla sobre
la situación de los cristianos en el país árabe
ROMA, domingo 20 noviembre 2011 (ZENIT.org).- Según las estadísticas del gobierno de Estados Unidos, hoy el 99% de los argelinos son musulmanes. Esto no fue así siempre. Argelia fue una vez el centro de la cultura y de la fe cristiana con más de quinientas diócesis y mil quinientos obispos.
--Monseñor Bader: Estaba totalmente confundido y pensé, aunque te den un año para reflexionar todavía no te habrás decidido. Así que empecé a redactar mi respuesta, contándole mis razones por las que quería quedarme en Jerusalén: Amo esta Iglesia, pertenezco y he trabajado y estudiado en esta Iglesia, y quiero terminar mi vida en esta Iglesia. Jerusalén no es como otras Iglesias. Es la Madre Iglesia. Aquí hay lugares santos y pertenecer a la Iglesia de Jerusalén era muy importante para mí. Pero al final, entendí que es la Iglesia universal. Es la Iglesia católica. Hay necesidad en todas partes y estoy preparado para irme a donde sea.
¿Así que lo tomó como una cruz?
--Monseñor Bader: No como una cruz pero sí como la voluntad de la Iglesia y de Dios y estaba preparado para aceptar la voluntad de la Iglesia y de Dios. Si podía hacer este servicio a la Iglesia y por el Reino de Jesucristo, estaba preparado para hacerlo. Lo hice con alegría y sin arrepentirme, miedo quizás, pero no arrepentimiento.
Usted es el primer arzobispo árabe que entra en Argel después de una generación de jerarquía francesa. ¿La gente sintió que siendo usted árabe podría entender mejor su cultura?
--Monseñor Bader: Esa fue la intención de la Iglesia, un gesto, un signo de respeto hacia este país árabe. El nombramiento de un árabe después de una época de franceses fue una respuesta a los cambios que ya estaban produciéndose en esta Iglesia. Sí, la Iglesia fue así cuando estaba bajo el dominio de los franceses, pero estos son ahora una minoría, de los que el 40% son africanos, estudiantes o inmigrantes, y el resto de cristianos son europeos, latinoamericanos y norteamericanos. Los cambio estaban dándose en la Iglesia, y el nombramiento de alguien que no era francés fue la respuesta a los cambios que se estaban produciendo.
¿Cuál fue la reacción del gobierno local?
--Monseñor Bader: La reacción de las autoridades argelinas fue muy entusiasta y así lo sentí. En el día de mi nombramiento, el embajador argelino en Jordania me llamó y me invitó a reunirme con él y desde entonces me he reunido dos veces. Fui muy bienvenido cuando llegué a Argel y el presidente mismo mandó un representante, es la primera vez que el presidente o su representante quieren dar la bienvenida a un nuevo arzobispo. Sentí un especial afecto y bienvenida por parte de la gente. Fui presentado como “nuestro arzobispo”, incluso por parte de los musulmanes.
El antiguo arzobispo de Argel, monseñor Henri Tessier, fue citado en un artículo del New York Times como que el había dicho ser testigo de “una muerte lenta de la Iglesia”. ¿Es esta la situación de la Iglesia en Argelia hoy en día?
--Monseñor Bader: Tenemos que entender de dónde venía monseñor Tessier. Él pasó de 70 a 75 años en Argelia. Hizo el seminario y fue ordenado en Argelia. Tuvo la ciudadanía y pasaporte argelino. Él conocía la historia de la Iglesia argelina. Cuando era seminarista, había dos millones de cristianos en Argelia que fueron descendiendo a unos pocos miles que hay en la actualidad. Este es el contexto de la declaración, y puedo entenderle cuando habla de la muerte de esta Iglesia. Sin embargo, la Iglesia siempre será la Iglesia. No depende de números. Es la misma Iglesia, la misma misión, y estamos haciendo el mismo trabajo. Por supuesto no estoy de acuerdo con él, pero puedo entenderle porque él estaba comparando la Iglesia con lo que fue. Cuando yo llegué esta era la realidad de la Iglesia. La acepté. Hago mi trabajo y no hablo de la muerte. La Iglesia está viva, está presente y está haciendo lo mejor que puede para el bienestar de sus fieles en el país.
Hay unas veinte iglesias todavía activas en Argelia. Muchas se han convertido en mezquitas o centros culturales. ¿Qué ideas tiene para mantenerla en un ambiente que parece muy difícil?
--Monseñor Bader: Esto es consecuencia de que los cristianos se fueran a Francia después de la guerra. Hubo iglesias que se quedaron sin cristianos. La Iglesia no puede mantener estas iglesias sencillamente porque son iglesias. Fue un gesto de la Iglesia dar estas iglesias y los edificios para el uso de la población. Unas dos o tres iglesias se convirtieron en mezquitas. La reacción de las autoridades fue de respeto; no podían permitir la conversión de todas las iglesias en mezquitas y esta es la razón por la que muchas de ellas se han dado a las autoridades civiles para que sean transformadas en centros culturales o bibliotecas o lo que se necesite. He leído en algún lado que unas setecientas iglesias y otros edificios volvieron a las autoridades argelinas y se pusieron al servicio del beneficio de la población.
La sociedad argelina ha dejado de ser una sociedad europea, francesa, a ser una sociedad árabe centrada en Oriente Medio. ¿Este alejamiento de Europa es positivo o negativo?
--Monseñor Bader: Tiene que ver con la relación histórica entre Argelia y Francia. Algunas decisiones tomadas, después de la independencia de Argelia, fueron una reacción del pasado. Querían liberarse del pasado y volvieron a una cultura y un lenguaje árabe. Sin embargo, esto no fue aceptado al 100% por la población y esta es la razón por la que el 90% de los argelinos hablan francés. Soy árabe pero el 99% del tiempo hablo en francés con la gente, así que el alejamiento que mencionas no es del todo real --al menos para muchos argelinos--. Es verdad que las autoridades quieren que Argelia sea árabe e islámica, y por esto se ha impuesto la lengua árabe en la educación.
Muchos de los conflictos que se perciben en el mundo árabe se ven a través del conflicto palestino-israelí. ¿Es este el caso de Argelia?
--Monseñor Bader: Es verdad que dicho conflicto infecta las relaciones oriente-occidente y cristiano-musulmanas. Siempre y cuando no haya una solución a este conflicto, la desconfianza existirá. Una solución pacífica al conflicto israelí-palestino podría ayudar mucho a acabar con la desconfianza entre los países árabes y occidente y entre los cristianos y musulmanes. Por tanto, pido una solución justa para el conflicto israelí-palestino. Sería en beneficio de la humanidad en conjunto y no sólo para la región. Traería la paz global y la coexistencia pacífica entre religiones.
Ghulamallah, ministro de Asuntos Religiosos en Argelia le invitó a una conferencia para hablar sobre libertad religiosa. En su ponencia, usted habló de abolir las leyes que ponen restricciones a los cristianos ¿Podría hablarnos de la situación de los cristianos hoy?
--Monseñor Bader: El ministro de Asuntos Religiosos no sólo me invitó, sino que organizamos la conferencia juntos. Decidimos a quién invitar y ambos organizamos el programa.
… Así que su relación con el ministro de Asuntos Religiosos es amigable.
--Monseñor Bader: Nuestra relación es muy buena. Nos reunimos una vez al mes. Intercambiamos buenos deseos durante las fiestas religiosas para los cristianos y musulmanes. Siempre hemos tenido buenas relaciones desde que llegué. El problema es la ley de 2006 que restringe las prácticas religiosas, actividades o culto, a celebrarse sólo en el interior de las iglesias. Para nosotros los católicos no es un problema porque tenemos suficientes iglesias. El problema se plantea sobre todo para los evangelistas y protestantes que no tienen lugares de culto, y también para nosotros los católicos cuando deseamos reunirnos y organizar actividades religiosas en el exterior.
¿Cómo afecta esto a la evangelización y al trabajo de los sacerdotes en su ministerio?
--Monseñor Bader: Es la segunda parte de esta ley de 2006 que declara que todas nuestras actividades --culto y oraciones- deben tener lugar sólo dentro de la iglesia. La evangelización y la conversión está prohibida. Al que se le coja violando esta ley se le penaliza con la cárcel o con una multa de unos dos mil euros. En la conferencia dije que la ley no podía regular el culto. Esto no sucedía antes de 2006.
En la Constitución Argelina ¿no garantiza el artículo 36 la libertad religiosa?
--Monseñor Bader: Esto es verdad, la constitución garantiza la libertad religiosa y estamos de acuerdo en esto.
¿Cómo se desarrolla su ministerio en este ambiente?
--Monseñor Bader: Nuestra primera misión es estar ahí, vivir la fe, y ser fieles a nuestra religión y respetar las otras confesiones a pesar de nuestras diferencias. La Iglesia y yo mismo, creemos que la libertad religiosa es un derecho del hombre.
¿Qué podría aportar la Iglesia Universal para ayudar a la Iglesia en Argelia?
--Monseñor Bader: La mejor ayuda es aceptar nuestro mensaje. Nuestra misión y nuestro mensaje es aprender a vivir pacíficamente con los demás. Este mensaje es para los cristianos, musulmanes o budistas, y si este mensaje es escuchado, sería un gran impulso para la Iglesia. Gracias por darme la oportunidad de hablar sobre nuestra Iglesia, que no es conocida por todo el mundo y espero que este programa ayude a la gente a saber primero que la Iglesia existe en este país, y segundo, invitaros a compartir nuestra misión y venir a Argelia. Esto me haría muy feliz ya que necesitamos personal en nuestra Iglesia.
Mark Riedemann de Where God Weeps (Donde Dios llora), en cooperación con Ayuda a la Iglesia Necesitada entrevistó a monseñor Ghaleb Moussa Abdallah Bader, arzobispo de Argel.
Su Excelencia, usted nació en Jordania, sirvió en Jerusalén y en 2008 fue nombrado arzobispo de Argel ¿Cuál fue su reacción?--Monseñor Bader: ¿Cuál fue mi reacción? De total sorpresa para mí, nunca creí en toda mi vida que sería arzobispo de Argel. Cuando el nuncio me dijo que el santo padre me nombró arzobispo, no sabía qué decir y le pedí una semana para pensármelo, pero el nuncio me metió prisa y quiso de mí una respuesta inmediata. Le dije que por favor no insistiese o de lo contrario diría “no”, porque no estaba preparado y necesitaba más tiempo para asimilar la información.
¿Y qué pasó?--Monseñor Bader: Estaba totalmente confundido y pensé, aunque te den un año para reflexionar todavía no te habrás decidido. Así que empecé a redactar mi respuesta, contándole mis razones por las que quería quedarme en Jerusalén: Amo esta Iglesia, pertenezco y he trabajado y estudiado en esta Iglesia, y quiero terminar mi vida en esta Iglesia. Jerusalén no es como otras Iglesias. Es la Madre Iglesia. Aquí hay lugares santos y pertenecer a la Iglesia de Jerusalén era muy importante para mí. Pero al final, entendí que es la Iglesia universal. Es la Iglesia católica. Hay necesidad en todas partes y estoy preparado para irme a donde sea.
¿Así que lo tomó como una cruz?
--Monseñor Bader: No como una cruz pero sí como la voluntad de la Iglesia y de Dios y estaba preparado para aceptar la voluntad de la Iglesia y de Dios. Si podía hacer este servicio a la Iglesia y por el Reino de Jesucristo, estaba preparado para hacerlo. Lo hice con alegría y sin arrepentirme, miedo quizás, pero no arrepentimiento.
Usted es el primer arzobispo árabe que entra en Argel después de una generación de jerarquía francesa. ¿La gente sintió que siendo usted árabe podría entender mejor su cultura?
--Monseñor Bader: Esa fue la intención de la Iglesia, un gesto, un signo de respeto hacia este país árabe. El nombramiento de un árabe después de una época de franceses fue una respuesta a los cambios que ya estaban produciéndose en esta Iglesia. Sí, la Iglesia fue así cuando estaba bajo el dominio de los franceses, pero estos son ahora una minoría, de los que el 40% son africanos, estudiantes o inmigrantes, y el resto de cristianos son europeos, latinoamericanos y norteamericanos. Los cambio estaban dándose en la Iglesia, y el nombramiento de alguien que no era francés fue la respuesta a los cambios que se estaban produciendo.
¿Cuál fue la reacción del gobierno local?
--Monseñor Bader: La reacción de las autoridades argelinas fue muy entusiasta y así lo sentí. En el día de mi nombramiento, el embajador argelino en Jordania me llamó y me invitó a reunirme con él y desde entonces me he reunido dos veces. Fui muy bienvenido cuando llegué a Argel y el presidente mismo mandó un representante, es la primera vez que el presidente o su representante quieren dar la bienvenida a un nuevo arzobispo. Sentí un especial afecto y bienvenida por parte de la gente. Fui presentado como “nuestro arzobispo”, incluso por parte de los musulmanes.
El antiguo arzobispo de Argel, monseñor Henri Tessier, fue citado en un artículo del New York Times como que el había dicho ser testigo de “una muerte lenta de la Iglesia”. ¿Es esta la situación de la Iglesia en Argelia hoy en día?
--Monseñor Bader: Tenemos que entender de dónde venía monseñor Tessier. Él pasó de 70 a 75 años en Argelia. Hizo el seminario y fue ordenado en Argelia. Tuvo la ciudadanía y pasaporte argelino. Él conocía la historia de la Iglesia argelina. Cuando era seminarista, había dos millones de cristianos en Argelia que fueron descendiendo a unos pocos miles que hay en la actualidad. Este es el contexto de la declaración, y puedo entenderle cuando habla de la muerte de esta Iglesia. Sin embargo, la Iglesia siempre será la Iglesia. No depende de números. Es la misma Iglesia, la misma misión, y estamos haciendo el mismo trabajo. Por supuesto no estoy de acuerdo con él, pero puedo entenderle porque él estaba comparando la Iglesia con lo que fue. Cuando yo llegué esta era la realidad de la Iglesia. La acepté. Hago mi trabajo y no hablo de la muerte. La Iglesia está viva, está presente y está haciendo lo mejor que puede para el bienestar de sus fieles en el país.
Hay unas veinte iglesias todavía activas en Argelia. Muchas se han convertido en mezquitas o centros culturales. ¿Qué ideas tiene para mantenerla en un ambiente que parece muy difícil?
--Monseñor Bader: Esto es consecuencia de que los cristianos se fueran a Francia después de la guerra. Hubo iglesias que se quedaron sin cristianos. La Iglesia no puede mantener estas iglesias sencillamente porque son iglesias. Fue un gesto de la Iglesia dar estas iglesias y los edificios para el uso de la población. Unas dos o tres iglesias se convirtieron en mezquitas. La reacción de las autoridades fue de respeto; no podían permitir la conversión de todas las iglesias en mezquitas y esta es la razón por la que muchas de ellas se han dado a las autoridades civiles para que sean transformadas en centros culturales o bibliotecas o lo que se necesite. He leído en algún lado que unas setecientas iglesias y otros edificios volvieron a las autoridades argelinas y se pusieron al servicio del beneficio de la población.
La sociedad argelina ha dejado de ser una sociedad europea, francesa, a ser una sociedad árabe centrada en Oriente Medio. ¿Este alejamiento de Europa es positivo o negativo?
--Monseñor Bader: Tiene que ver con la relación histórica entre Argelia y Francia. Algunas decisiones tomadas, después de la independencia de Argelia, fueron una reacción del pasado. Querían liberarse del pasado y volvieron a una cultura y un lenguaje árabe. Sin embargo, esto no fue aceptado al 100% por la población y esta es la razón por la que el 90% de los argelinos hablan francés. Soy árabe pero el 99% del tiempo hablo en francés con la gente, así que el alejamiento que mencionas no es del todo real --al menos para muchos argelinos--. Es verdad que las autoridades quieren que Argelia sea árabe e islámica, y por esto se ha impuesto la lengua árabe en la educación.
Muchos de los conflictos que se perciben en el mundo árabe se ven a través del conflicto palestino-israelí. ¿Es este el caso de Argelia?
--Monseñor Bader: Es verdad que dicho conflicto infecta las relaciones oriente-occidente y cristiano-musulmanas. Siempre y cuando no haya una solución a este conflicto, la desconfianza existirá. Una solución pacífica al conflicto israelí-palestino podría ayudar mucho a acabar con la desconfianza entre los países árabes y occidente y entre los cristianos y musulmanes. Por tanto, pido una solución justa para el conflicto israelí-palestino. Sería en beneficio de la humanidad en conjunto y no sólo para la región. Traería la paz global y la coexistencia pacífica entre religiones.
Ghulamallah, ministro de Asuntos Religiosos en Argelia le invitó a una conferencia para hablar sobre libertad religiosa. En su ponencia, usted habló de abolir las leyes que ponen restricciones a los cristianos ¿Podría hablarnos de la situación de los cristianos hoy?
--Monseñor Bader: El ministro de Asuntos Religiosos no sólo me invitó, sino que organizamos la conferencia juntos. Decidimos a quién invitar y ambos organizamos el programa.
… Así que su relación con el ministro de Asuntos Religiosos es amigable.
--Monseñor Bader: Nuestra relación es muy buena. Nos reunimos una vez al mes. Intercambiamos buenos deseos durante las fiestas religiosas para los cristianos y musulmanes. Siempre hemos tenido buenas relaciones desde que llegué. El problema es la ley de 2006 que restringe las prácticas religiosas, actividades o culto, a celebrarse sólo en el interior de las iglesias. Para nosotros los católicos no es un problema porque tenemos suficientes iglesias. El problema se plantea sobre todo para los evangelistas y protestantes que no tienen lugares de culto, y también para nosotros los católicos cuando deseamos reunirnos y organizar actividades religiosas en el exterior.
¿Cómo afecta esto a la evangelización y al trabajo de los sacerdotes en su ministerio?
--Monseñor Bader: Es la segunda parte de esta ley de 2006 que declara que todas nuestras actividades --culto y oraciones- deben tener lugar sólo dentro de la iglesia. La evangelización y la conversión está prohibida. Al que se le coja violando esta ley se le penaliza con la cárcel o con una multa de unos dos mil euros. En la conferencia dije que la ley no podía regular el culto. Esto no sucedía antes de 2006.
En la Constitución Argelina ¿no garantiza el artículo 36 la libertad religiosa?
--Monseñor Bader: Esto es verdad, la constitución garantiza la libertad religiosa y estamos de acuerdo en esto.
¿Cómo se desarrolla su ministerio en este ambiente?
--Monseñor Bader: Nuestra primera misión es estar ahí, vivir la fe, y ser fieles a nuestra religión y respetar las otras confesiones a pesar de nuestras diferencias. La Iglesia y yo mismo, creemos que la libertad religiosa es un derecho del hombre.
¿Qué podría aportar la Iglesia Universal para ayudar a la Iglesia en Argelia?
--Monseñor Bader: La mejor ayuda es aceptar nuestro mensaje. Nuestra misión y nuestro mensaje es aprender a vivir pacíficamente con los demás. Este mensaje es para los cristianos, musulmanes o budistas, y si este mensaje es escuchado, sería un gran impulso para la Iglesia. Gracias por darme la oportunidad de hablar sobre nuestra Iglesia, que no es conocida por todo el mundo y espero que este programa ayude a la gente a saber primero que la Iglesia existe en este país, y segundo, invitaros a compartir nuestra misión y venir a Argelia. Esto me haría muy feliz ya que necesitamos personal en nuestra Iglesia.
--“Donde Dios llora” es un programa semanal de televisión y radio, producido por
Catholic Radio and Television Network en colaboración con
la organización de caridad católica Ayuda a la Iglesia Necesitada.
Para saber más:www.ain-es.org.
[Traducción del inglés por Carmen Álvarez]
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