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El camino de la Misión Continental en el Cono Sur
Desde el 20 al 22 de agosto, delegados de las Conferencias Episcopales de Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay estuvimos reunidos en la Casa Padre Hurtado, en la Diócesis de Melipilla, muy cerca de Santiago de Chile. Fuimos convocados a este encuentro por el CELAM en cuanto “Responsables de la Misión Continental” en nuestros respectivos países. De Uruguay participamos el P. Arturo Silva, vicario pastoral de la Diócesis de Melo y quien escribe, como Obispo responsable de la Coordinación nacional de Pastoral.La Misión Continental es el gran proyecto propuesto por la V Conferencia General del Episcopado de América Latina y el Caribe que tuvo lugar en el santuario de Nuestra Señora Aparecida, Brasil, en 2007. La Misión no pretende ser un evento más, a realizar dentro de un plazo determinado sino, sobre todo, un cambio profundo de actitud: poner a toda la Iglesia en “estado de misión permanente”, como aspecto fundamental de la conversión pastoral que los participantes de la V Conferencia vieron como necesaria y urgente.
Cada Conferencia Episcopal y cada Diócesis están llamadas a asumir el proyecto de la Misión Continental desde su propia realidad, dándole su impronta y dándose sus propios tiempos.
La reunión de estos días tenía como objetivo seguir el camino recorrido por las Conferencias Episcopales y las Diócesis en los países del Cono Sur, señalar aspectos comunes y particularidades de esos itinerarios, intercambiar experiencias significativas y aún ver posibilidades de cooperación entre los países.
Escuchados los informes presentados por los cinco países, apareció una gran diversidad de situaciones. Las Conferencias de Brasil, Chile y Paraguay asumieron el proyecto con especial énfasis, creando organismos para su animación y seguimiento y publicando numerosos subsidios para llevarla adelante. Argentina y Uruguay también lo asumieron, pero encomendaron la animación a organismos ya existentes. De todos modos, en cada uno de los países, las respuestas de las Diócesis son muy variadas: en algunas se asumió plenamente, en otras se estancó y en otros casos ya no se habla o aún nunca se habló de la Misión Continental.
El intercambio de experiencias fue sumamente enriquecedor, por la variedad y la creatividad que se fue manifestando. En algunos casos, se trató de asumir una realidad ya existente y potenciarla con el espíritu de la Misión Continental, como la coordinación de los numerosos grupos misioneros existentes en Argentina. También de Argentina se compartió la experiencia de las “carpas misioneras” en lugares públicos y el gesto de los Obispos de la región de Buenos Aires que realizaron una misión popular en un lugar de la provincia. Paraguay presentó una atractiva “Expo Católica”, en el corazón de Asunción, que ya va en su tercera edición anual, con creciente número de expositores y visitantes. Chile mostró una acción nacional muy bien pensada y planificada, expresión de una fuerte comunión de la Conferencia Episcopal, en un contexto difícil y doloroso para la Iglesia chilena. Las “Santas Misiones Populares” en Brasil muestran como una forma clásica de misión puede ser revitalizada y enriquecida con la perspectiva de la Misión Continental y llevada adelante con una gran participación del laicado de las comunidades.
La opción de la Conferencia Episcopal del Uruguay ha sido introducir la Misión Continental en sus Orientaciones Pastorales “Recomenzar desde Emaús” (2008-2013) apostando a que su realización favorezca el real cumplimiento del objetivo que se propone la Misión: “convertir en discípulos misioneros a todos los bautizados y a los que por otros caminos se acercan al Señor”.
Como medios para implementar las Orientaciones se propusieron la iniciación cristiana y la catequesis permanente, la animación bíblica de la pastoral, la animación litúrgica de la vida cotidiana, la promoción humana integral y la pastoral orgánica diocesana y nacional.
Desde los diferentes departamentos y comisiones de la Conferencia Episcopal se viene trabajando sobre esos aspectos. Mirando el camino recorrido es posible anotar algunos logros, sobre todo en el campo de la formación. No obstante, ello ha quedado inmerso en el quehacer cotidiano de la Iglesia sin que aparezca, salvo en los programas de algunas diócesis, su relación con el proyecto de Misión Continental.
Al año de formuladas las Orientaciones Pastorales, los Obispos escribimos una carta titulada “Misión Continental: Iglesia en estado de Misión permanente” en la que reafirmamos que la Misión Continental en Uruguay pasa por asumir las conclusiones de la conferencia de Aparecida y aplicar las Orientaciones Pastorales como marco referencial de proyectos y programas diocesanos.
En esa carta nos preguntábamos qué es lo diferente, lo nuevo que proponemos hoy a nuestras comunidades y respondíamos:
• Cultivar la actitud de ir al encuentro de las personas, las familias, los ambientes, dispuestos a descubrir y valorar lo que hay de acción de Dios en ellos.
• Revisar nuestras experiencias "misioneras" y encarar nuestras "misiones" con un espíritu nuevo.
La actitud de “salir al encuentro” es parte de esa “conversión pastoral” de la que hablábamos antes. Es un cambio profundo de actitud para la Iglesia, muchas veces concentrada en quienes ya participan de ella, a lo sumo en actitud de acogida al que viene.
El intercambio fue enriquecido por exposiciones de Mons. Santiago Silva Retamales, obispo auxiliar de Valparaíso, Secretario General del CELAM y del P. Leonidas Ortiz, Secretario Adjunto del CELAM.
Mons. Silva presentó una interesante exposición sobre la Nueva Evangelización desde la perspectiva de Jesucristo evangelizador y desde la Eclesiología del Concilio Vaticano II. El P. Ortiz nos ayudó a recordar el camino seguido ya desde la preparación de Aparecida para llegar a la Misión Continental y los pasos siguientes que se han ido dando desde el CELAM.
A partir del intercambio de experiencia y con esos aportes enriquecedores, en diálogo con los demás participantes fuimos llegando a algunas conclusiones y afirmando algunas convicciones:
Entendemos por una Iglesia en “Misión Continental” el caminar orgánico de toda la Iglesia, buscando ser una comunidad en evangelización permanente, formada por discípulos misioneros que se encuentran con Jesucristo vivo y, por desborde de gozo, comparten la alegría del seguimiento del Señor, incluso más allá de las fronteras, sirviendo a todos, particularmente a los más necesitados, para su plenitud de vida.
Para hacer realidad la Misión Continental, tenemos que llevarla adelante con estos criterios:
- Encuentro con Jesucristo: procurar que toda nuestra actividad eclesial se realice en categoría de encuentro discipular con el Señor, particularmente mediante la Palabra de Dios.
- Configuración con Jesucristo: acompañar, mediante la inserción en la comunidad, el encuentro con Cristo Jesús para una creciente identificación con él.
- Conversión a Jesucristo: abrirse a la semejanza con Cristo, como don divino, para transparentar su vida y su anuncio del Reino.
- Comunión y Misión: fortalecer las comunidades eclesiales como “casa y escuela de comunión” en Cristo, para extender y testimoniar -como misión- la comunión trinitaria.
- Misión y Vida: entender la misión como servicio a la vida, impulsando la coherencia entre fe-vida, camino de plenitud e integridad para hombres y mujeres.
- Pastoral ordinaria: impregnar con el espíritu y los contenidos del Documento de Aparecida la pastoral ordinaria del país, de las diócesis, de las parroquias, comunidades educativas, movimientos y organizaciones.
+ Heriberto A. Bodeant
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