viernes, 18 de noviembre de 2022

“Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu Reino” (Lucas 23, 35-43). Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo.

Hoy celebramos la solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo, con la que se cierra el año litúrgico. El próximo domingo iniciaremos un nuevo ciclo, con el tiempo de Adviento.

El evangelio de hoy nos invita a contemplar el reinado de Jesús desde la Cruz.

Recorriendo los evangelios encontramos siete palabras -más bien siete frases- que pronuncia Jesús desde la Cruz. Dos de ellas las encontramos en san Lucas y nos dicen algo sobre la realeza de Jesús. La primera de ellas ha quedado fuera del pasaje elegido, pero merece recordarse. Es la intercesión de Jesús ante el Padre por aquellos que lo han crucificado:

«Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen» (Lucas 23,34)

A continuación tenemos la primera escena que nos presenta el pasaje de Lucas elegido para este domingo:

El pueblo permanecía allí y miraba. Sus jefes, burlándose, decían: 
«Ha salvado a otros: ¡que se salve a sí mismo, si es el Mesías de Dios, el Elegido!»
También los soldados se burlaban de Él y, acercándose para ofrecerle vinagre, le decían: 
«Si eres el rey de los judíos, ¡sálvate a ti mismo!» (Lucas 23, 35-43)

Mientras el pueblo contempla en silencio, sin comprender lo que sucede, dos grupos intervienen: los dirigentes y los soldados. Unos y otros se burlan de Jesús; pero, más que la burla en sí, importa lo que se le dice, que es, en definitiva “sálvate a ti mismo”, como prueba de que realmente es el Mesías de Dios, el Elegido, el Rey de los Judíos.

¿Por qué Jesús no baja de la Cruz? ¿Por qué el Padre no envía doce legiones de ángeles para rescatar a su Hijo y someter a quienes le están dando muerte? (cf. Mateo 26,53)

De esa forma se manifestaría el Dios fuerte y potente, que derrota y humilla a sus enemigos; pero así se mostraría demasiado parecido a los poderosos de la tierra, que extienden sus dominios sobre pueblos enteros con sus armas y se jactan de sus fuerzas y sus triunfos. Sin embargo, tal vez ese es el Dios en el que creen los jefes del pueblo y los soldados.

El Dios verdadero es omnipotente, es todopoderoso: pero su omnipotencia no se despliega en el poder que avasalla e impone, sino en el amor y la misericordia.

En definitiva, es eso lo que manifiesta Jesús a través de su pasión, su cruz y su resurrección: el verdadero rostro de Dios, el rostro de la Misericordia.

A continuación, Lucas nos hace levantar la mirada hacia lo alto de la cruz:

Sobre su cabeza había una inscripción: «Éste es el rey de los judíos» (Lucas 23, 35-43)

Contemplemos lo que está escrito allí. Ante esto, se vuelve ridículo todo deseo de gloria y de dominio, toda disputa por los primeros puestos. Jesús es el rey que da toda la gloria a Dios asumiendo el último puesto, el lugar del último.

Habiendo levantado la mirada, entramos en otra escena que sucede entre Jesús y sus compañeros de ejecución.

Uno de los malhechores crucificados lo insultaba, diciendo: «¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros» (Lucas 23, 35-43). 

Este hombre, sin comprender lo que realmente sucede, se une al coro de los jefes y los soldados. Sus insultos expresan su frustración: este hombre no puede salvarse ni salvarnos a nosotros.

Pero el otro malhechor, al que la tradición dio el nombre de Dimas, da vuelta esa gritería que repite una y otra vez “sálvate a ti mismo” y, paradójicamente, encontrará en Jesús la salvación. Así se dirige al otro condenado:

«¿No tienes temor de Dios, tú que sufres la misma pena que Él? Nosotros la sufrimos justamente, porque pagamos nuestras culpas, pero Él no ha hecho nada malo» (Lucas 23, 35-43).

Tal vez en este pasaje del Evangelio podemos entender, mejor que en cualquier otro, el significado de la expresión “temor de Dios”. Cuando encontramos la palabra “temor” pensamos en aquello que suscita miedo, nos impone respeto y nos aleja. Pero, como lo explica el papa Francisco en una de sus catequesis,

“el temor de Dios es el don del Espíritu que nos recuerda lo pequeños que somos delante de Dios y de su amor, y que nuestro bien consiste en abandonarnos con humildad, respeto y confianza en sus manos”. (11 de junio de 2014)

Es desde esa humildad y respeto, que el segundo malhechor reconoce sus faltas, e implora con total confianza:

«Jesús, acuérdate de mí cuando vengas a establecer tu Reino» (Lucas 23, 35-43).

Este condenado no pide ni espera una liberación milagrosa. Asume que va a morir, pero se abre a la esperanza. En ese hombre inocente que, de forma injusta pero también misteriosa, está sufriendo la pena de la cruz, él reconoce al Salvador. Ve en Jesús la presencia y la cercanía de Dios. Jesús lo escucha y responde:

«Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso» (Lucas 23, 35-43).

Como Zaqueo, el malhechor arrepentido escucha la palabra “hoy”. “Hoy ha llegado la salvación a esta casa”, “hoy estarás conmigo en el Paraíso”.

De alguna forma, todos somos Zaqueo, todos somos Dimas. Hemos pecado, hemos hecho el mal, hemos lastimado al prójimo… Todos tenemos algo de que pedir perdón y ser perdonados… y también algo que perdonar, siguiendo el camino de Jesús. Ambas cosas nos cuestan; pero recuperemos el temor de Dios, a la manera de Dimas y pongámonos, con humildad, respeto y confianza, junto a Jesús, en las manos del Padre.

En esta semana

  • Repasamos rápidamente las celebraciones de esta semana:
  • Domingo 20: hoy acompañamos a la comunidad de La Paz, Canelones, que celebra su fiesta patronal.
  • Lunes 21, presentación de María
  • Martes 22, Santa Cecilia, virgen y mártir
  • Jueves 24, San Andrés Dung-Lac, presbítero y compañeros mártires de Viet Nam.
  • Viernes 25. Las Hermanas Misioneras Servidoras de la Palabra, se trasladan: dejan la parroquia San Francisco en Nicolich, y pasan a desarrollar su servicio pastoral y misionero en la parroquia Santísima Trinidad, en Shangrilá.
  • Sábado 26: encuentro de la Vida contemplativa en el monasterio de las Benedictinas.
  • Domingo 27: primer domingo de adviento. Parroquia San Francisco de Asís, Municipio Nicolich, damos la bienvenida a nuestra diócesis de dos sacerdotes Franciscanos de María que asumen la atención pastoral de la comunidad.

Peregrinación a la Virgen de los Treinta y Tres

Les dejamos imágenes de los jóvenes de la Pastoral Juvenil Canaria, que peregrinaron a Florida el sábado 12 y domingo 13:

Y esto es todo por hoy. Gracias, amigas y amigos. Que los bendiga Dios todopoderoso: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén. 

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