jueves, 8 de febrero de 2024

«Si quieres, puedes purificarme» (Marcos 1, 40-45). VI domingo durante el año. Jornada Mundial del Enfermo. Ntra. Sra. de Lourdes.



Amigas y amigos: todavía estoy por Italia, pero me traje el video que están viendo a mi alrededor, porque este lugar, que siempre es significativo, lo es especialmente el 11 de cada mes y, señaladamente, cada 11 de febrero, como hoy. Se trata de la Gruta de Lourdes de Echeverría, junto al monasterio de las Hermanas Clarisas Capuchinas Sacramentarias. Hoy se celebrarán aquí tres Misas en distintos momentos del día.
También hoy celebra su fiesta patronal la parroquia Cristo Obrero y Nuestra Señora de Lourdes, en estación Atlántida, así como unas siete capillas de otras tantas parroquias.
Vaya entonces, para quienes se congreguen hoy en la Gruta y en las fiestas patronales de Atlántida y de las capillas, un cordial saludo y, para todos, el deseo de que por la intercesión de María obtengamos las gracias que necesitamos.

Las apariciones de Lourdes, 1858

Mientras en Uruguay estamos en verano, en el hemisferio norte campea el invierno. El 11 de febrero de 1858, en una población de los Pirineos franceses, tuvo lugar un acontecimiento que hasta hoy repercute en todo el mundo católico y aún más allá de él.
Bernardita Soubirous, joven hija de un matrimonio muy humilde, que estaba atravesando un penoso momento económico, estaba con unas amigas buscando leña cuando llegó hasta la gruta de Massabielle, ubicada junto al Gave de Lourdes, uno de los torrentes que bajan de las montañas.
Allí vio a una señora vestida de blanco. No segura de lo que veía, que era sumamente extraño, se restregó los ojos. Luego preguntó a sus compañeras si habían visto algo. Ellas le dijeron que no. Bernardita buscó la ayuda de Dios rezando el rosario y luego, la de la Iglesia, hablando en confesión con su párroco, tratando de entender lo que se había presentado ante sus ojos.
Así comenzaron las apariciones de Lourdes, de las cuales Bernardita, a quien hoy veneramos como santa, fue privilegiada vidente.
Las apariciones se extendieron hasta el 16 de julio de ese año, a veces con la presencia de miles de personas, que escuchaban lo que la jovencita describía.
En una de las apariciones, la dama vestida de blanco, hablando a Bernardita en el dialecto de la región, se presentó diciendo: “yo soy la Inmaculada Concepción”.

La fe en la Inmaculada Concepción de María estaba presente desde hacía siglos en el Pueblo de Dios; pero no hacía mucho que el Papa Pío IX, reconociendo esa fe de la Iglesia, había proclamado el dogma de la Inmaculada: es decir, que la Santísima Virgen, desde su concepción, fue preservada inmune de toda mancha de pecado. El dogma había sido declarado parte de la fe de la Iglesia el 8 de diciembre de 1856. Todavía no habían pasado cuatro años, cuando ocurrieron las apariciones.

Como ha sucedido con muchos videntes, el testimonio de Bernardita fue cuidadosamente examinado por la Iglesia. También hubo algunas intervenciones de autoridades civiles locales.
El Obispo de la Diócesis de Tarbes (hoy diócesis de Tarbes y Lourdes) se convenció apreciando la serenidad de Bernardita, en medio de todas las presiones, incluso mediáticas, que la rodeaban y viendo el sentido común y la ausencia de exaltación de la jovencita y el hecho de que las apariciones no dependían de ella, pues habían ocurrido sin que ella las esperase. Entre las frases de Bernardita que quedaron escritas en el proceso, se recuerda su respuesta al escéptico comisario Jacomet: “estoy encargada de decírselo, no de hacérselo creer” y su indicación sobre el relato, ante quienes agregaban cosas que ella no había dicho: “Cuanto más sencillo se escriba será mejor”. 

Son millones los peregrinos que han pasado desde entonces por el Santuario, confiándose a la intercesión de María. Muchos han sido los milagros debidamente certificados y tal vez muchos más habrán sucedido sin que quede registro de ellos. La devoción a esta advocación mariana se extendió rápidamente por el mundo y llegó al Uruguay.

La devoción a Nuestra Señora de Lourdes en Uruguay

La región de los Pirineos donde se encuentra Lourdes es conocida históricamente como la Bigurdia, en francés, la Bigorre. Hacia el oeste está el Bearn y más al oeste, ya sobre el golfo de Vizcaya, la parte francesa del país vasco. En el siglo XIX Uruguay recibió mucha inmigración proveniente de Francia, especialmente de esa zona. Los inmigrantes eran identificados genéricamente como “vascos franceses”, aunque había también muchos bearneses y bigurdianos.

Quienes ya se encontraban en el Uruguay en el año de las apariciones, fueron conociendo la noticia a través de sus familiares de Francia, con los que seguían en contacto. Los que llegaron después trajeron más noticias y la devoción a Nuestra Señora de Lourdes se fue extendiendo.

Nuestro beato Jacinto Vera, ya obispo, pero todavía vicario apostólico del Uruguay, visitó la gruta de las apariciones en 1867, durante un viaje a Europa. Por encima de la gruta se estaba construyendo el primer santuario, la basílica de la Inmaculada Concepción. Las obras concluyeron en 1871 y la iglesia fue consagrada en 1876. Otras construcciones se agregaron después, incluyendo la basílica llamada “inferior”, por estar debajo de la primera y la dedicada a San Pío X, la subterránea.

La Iglesia de Lourdes en Montevideo

Según cuenta el P. Fabián Silveira en su libro sobre la Iglesia de Lourdes en Montevideo, en el mismo año 1876, miembros de la familia Jackson Errazquin donaron a la Iglesia Matriz un terreno para que se construyera una iglesia “bajo la advocación de Nuestra Señora de Lourdes”. En 1882 se inició la construcción del templo, hoy sede parroquial a la entrada de la Ciudad Vieja de Montevideo. Se inauguró el 8 de diciembre de 1886.

La Gruta de Lourdes de Av. de las Instrucciones, Montevideo

Más reciente es la historia de la Gruta ubicada en Avenida de las Instrucciones, también en Montevideo. En 1940 el empresario textil Steverlinckx donó un extenso terreno para la construcción de una escuela para los niños del barrio. En ese predio se construyó la Gruta, buscando con empeño reproducir la gruta de Massabielle. El nuevo santuario fue inaugurado en 1947 por el Cardenal Barbieri.

La Gruta de Echeverría, Canelones.

Y en la diócesis de Canelones tenemos nuestra propia gruta, aquí, donde estamos, inaugurada el 8 de diciembre de 1971 por Mons. Orestes Nuti y declarada santuario diocesano por Mons. Orlando Romero, el 11 de febrero de 2008.

Jornada Mundial del Enfermo

El 11 de febrero es también el día en que se celebra la jornada mundial del enfermo, instituida en 1992 por san Juan Pablo II. La elección de la fecha no es casual: como ya dijimos, millones de peregrinos pasan año tras año por Lourdes, y muchas de sus peticiones a la Virgen están relacionadas con situaciones de enfermedad propias o de seres queridos.

"Si quieres, puedes purificarme"

Hoy, el evangelio del VI domingo durante el año nos presenta la curación de un leproso.
Pidamos al Señor, por la intercesión de nuestra Señora de Lourdes, la sanación no solo de nuestras dolencias físicas, sino, sobre todo, de las enfermedades que afectan nuestro interior, las heridas que nos apartan de Dios y de nuestros hermanos.
Digamos al Señor, junto con el leproso del evangelio, esa palabra de fe que motiva la intervención de Jesucristo: «Si quieres, puedes purificarme».

Comienza la Cuaresma

El próximo miércoles es Miércoles de ceniza, comienzo del tiempo de Cuaresma, un tiempo más que propicio para buscar al Señor y pedirle que nos limpie de todas nuestra faltas, sane nuestras heridas y nos conduzca por el camino de la Vida verdadera, que Él ha venido a traernos.

Gracias, amigas y amigos por su atención. Que los bendiga Dios todopoderoso: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén.

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