En Montevideo, el 6 de agosto de 1904, María Francisca de Jesús Rubatto llegó al final de su caminar por esta tierra. Había nacido en Carmagnola, Italia, el 14 de febrero de 1844. Había cumplido, pues, 60 años cuando llegó su dies natalis, el día de su nacimiento a la Vida Eterna.
Fundó la congregación de las Hermanas Capuchinas de Loano, hoy Capuchinas de la Madre Rubatto.
Su muerte en Uruguay no fue un hecho circunstancial, sino una elección: la de quedarse en esta tierra hasta el final de sus días, y aquí ser sepultada, "cerca de sus pobres".
En su beatificación, en 1993, san Juan Pablo II la saludó como "la primera beata del Uruguay". Con su canonización, el 15 de mayo de 2022, ha pasado a ser la primera santa del Uruguay.
En la Diócesis de Canelones se la recuerda particularmente en la ciudad de Tala, donde está el colegio Divino Salvador, en el que trabajaron las Hermanas Capuchinas.
Su fiesta se celebra el 9 de agosto.
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