1. En este día de memoria y reflexión,
saludamos a todos los trabajadores, -hombres y mujeres, en el campo o en
ciudades-, que con dedicación, talentos y sudores, ganan honestamente
el pan de cada día, sostienen a sus familias y se suman en la
construcción de una sociedad más justa y solidaria.
2. Nos alegramos por las conquistas
sociales que buscan mejorar las condiciones del trabajo. Valoramos el
fortalecimiento del movimiento sindical en defensa de la dignidad del
trabajador, procurando mayor capacitación y seguridad laboral, así como
el aumento del salario real en sectores sociales tradicionalmente más
desfavorecidos. Nos preocupa constatar algunas veces cierta tendencia a
un corporativismo rígido.
3. En estos días conmemoramos los 25 años
de la visita del Papa Juan Pablo II a nuestro país. En esa ocasión en
la ciudad de Melo, dirigiéndose al mundo del trabajo, exhortó a buscar
una genuina cultura del trabajo.
4. Construir siempre exigirá un estudio
profundo de los problemas, estando dispuestos a aceptar la verdad y
dejando de lado las ambiciones particulares o de grupo para mirar ante
todo al bien común. Queremos destacar solamente dos aspectos de la
cuestión social:
a) Quienes poseen tierra u otros
bienes deben tener presente que sobre toda propiedad recae una hipoteca
social, que obliga a procurar que sus bienes rindan en beneficio de la
sociedad.
b) Quienes luchan por los justos
derechos de los trabajadores, deben tener en cuenta las limitaciones que
impone la situación general del país y los derechos de todas las partes
involucradas.
5. Al reiterar nuestro saludo pedimos al
Señor Jesús, el carpintero de Nazaret, que recoja sus anhelos de
justicia y dignidad, para que, junto a las fatigas de cada día,
encuentren también la alegría del trabajo bien hecho y del servicio a la
sociedad de la que todos somos parte.
1º de mayo de 2013
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