El 6 de mayo es el día de la muerte del Venerable Jacinto Vera.
Él nos ha dejado ejemplos admirables de entrega sacerdotal, presencia del Buen Pastor.
Testifica el P. I. Yéregui:
“Desde enero de 1868, el mortífero cólera morbus hacía estragos en Montevideo. El señor Vera fue capellán constante de los hospitales y casa particulares, donde acudía de día y de noche, con admirable valor apostólico, a confesar enfermos, aún los más desgraciados y pobres, exponiendo evidentemente su vida a una muerte casi segura. Fundó entonces la Comisión, llamada por él mismo de Socorros a los Pobres, que, compuesta de personas llenas de abnegación y caridad, como su fundador, trabajaron incansablemente en ayudar las desgracias de toda la ciudad… Esta comisión funcionó después con igual celo, en diversas epidemias que atacaron a este pueblo”.Nos ilumine con su ejemplo.
(Texto recordado por Mons. Alberto Sanguinetti, Obispo de Canelones).
No hay comentarios:
Publicar un comentario