El Padre Roberto Cáceres celebrando la Eucaristía en su parroquia "la Cruz de Carrasco" (c. 1950) |
1945 - 15 de julio - 2020
75 años de la ordenación sacerdotal de Mons. Roberto Cáceres
Mons. Roberto Reinaldo Cáceres González nació en el barrio Almagro, en Buenos Aires, Argentina, de padres uruguayos. Al regresar su familia a Uruguay ingresó al Seminario por la arquidiócesis de Montevideo. Fue ordenado sacerdote el 15 de julio de 1945. Fue vicario en las parroquias de Canelones y Paso del Molino y luego párroco de la Cruz de Carrasco y asesor de Acción Católica.Fue Obispo de Melo entre 1962 y 1996. Participó de las cuatro sesiones del Concilio Vaticano II.
Falleció en el Hogar Sacerdotal, en Montevideo, el 13 de enero de 2019.
- En la ordenación sacerdotal se nos pregunta: "¿Quieres unirte cada día más estrechamente a Cristo, sumo Sacerdote, que por nosotros se ofreció al Padre como Víctima Santa y con él ofrecerte tú mismo a Dios, para la salvación de los hombres?" ¿Qué significa para usted, desde la perspectiva de trabajador pastoral, esa frase que, seguramente, repercutirá en el corazón del pastor?
- Siempre he tenido como perspectiva la Palabra de Jesús: "Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna" (Juan 3,16) y lo que dice el credo: "que por nosotros los hombres y por nuestra salvación bajó del cielo".
Lo grande, lo que entusiasma, lo que le da dinamismo a la vida sacerdotal es tener ese telón de fondo que es toda la Humanidad. Su mismo voto, su mismo celibato lleva al sacerdote a eso: a no casarse con nadie, porque se casa con todo el mundo, porque se casa con toda la Humanidad.
Ama a todos por igual como nos amó Jesús, es la continuación de Cristo cabeza, junto con la continuación -obviamente, y no hay que perderlo de vista- con el sacerdocio del Pueblo, con el sacerdocio de los bautizados.
Los que tenemos el sacerdocio ministerial, los que recibimos el Orden Sagrado, tenemos una particular dedicación y toda nuestra vida tiene como gesto ir extendiendo, ir anunciando: "vayan por todo el mundo", dijo Jesús. Ése ha sido siempre mi objetivo, mi empeño: estar presente en medio de la gente con el mensaje de Jesús, con el Evangelio y hacerlo de la forma más entendible, más captable por la gente.
Juan Pablo II nos impulsó a la Nueva Evangelización: nueva en el ardor, en la exposición, en los métodos: la novedad, no tener miedo al cambio, pero siempre para beneficiar al pueblo, a la gente, que es el destinatario de nuestra vida, de nuestra misión, de nuestra vocación, de nuestro sacerdocio.
- Después de tantos años y habiendo pasado por diferentes etapas en la vida de la Iglesia, ¿cuál es, Monseñor, la clave para mantenerse vivo como sacerdote, como obispo emérito, con ese entusiasmo y esa frescura pastoral?
- El secreto está en asimilar a este Buen Pastor, el único Sacerdote de nuestras almas, el único Obispo de nuestras almas (cf. 1 Pedro 2,25), que es Jesús. No hubo momento de su vida que no estuviera motivado hasta dar su vida, no estuviera motivado con este propósito: la salvación del pueblo. Y lo sigo repitiendo a los sacerdotes, al presbiterio, un poco parafraseando aquellos que los antiguos romanos decían: "la salvación del Pueblo es la suprema ley". Repetía a los sacerdotes y me repetía a mí mismo: la salvación del Pueblo, la evangelización del Pueblo y con ello su salvación eterna, es la suprema ley ante la cual tenemos que inclinar o dejar de lado todo otro interés, toda otra mira. La salvación del Pueblo, la salvación eterna del Pueblo es la suprema ley.
Extracto de la entrevista del P. Fabián Róvere a Mons. Roberto Cáceres, en Radio María, sábado 28 de noviembre de 2009. Del libro "Sembró ayer... hoy seguimos cosechando", recopilación de Nelly Nauar, con la colaboración de Silvia Alemán, Melo, 2010, pp. 128-130.
3 comentarios:
Creo que la fidelidad al llamado de Dios para el pueblo y con el pueblo es la clabe, hoy también, para permanecer fiel y ser feliz
Siempre en nuestros corazones
Dios lo tenga en su gloria!! Gran gran Pastor.
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