sábado, 27 de agosto de 2022

“El que se humilla será elevado” (Lucas 14,1.7-14). Domingo XXII durante el año.

 

Humildad, humillación… no son palabras de moda. Nada parece hoy invitarnos a ser humildes. A veces humildad se identifica con pobreza, pobreza material… es como una manera más suave de nombrarla: “es gente humilde”; “son personas de condición humilde”…
También hablamos de humildad como una virtud, una actitud más o menos constante de una persona que, aunque podría ubicarse en un lugar destacado, sea por sus capacidades o sus responsabilidades, prefiere permanecer como en un segundo plano. No está buscando fama, no pretende figurar.
También es la virtud de quien reconoce sus limitaciones y, por lo mismo, no pretende cosas que no están a su alcance o no le corresponden.
El alma humilde es la que puede rezar en paz el salmo 131

Señor, mi corazón no es ambicioso
Ni mis ojos altaneros
No pretendo grandezas
Que superan mi capacidad
Sino que acallo y modero mis deseos
Como un niño en brazos de su madre.
(Salmo 131,1)
Cuando hablamos de humillación, ya hablamos de otra cosa. No es lo mismo ser humilde que ser humillado, ser sometido a una humillación. Ahí está la acción de otros, ensañándose con alguien… el “bulling” no es ningún invento de nuestro tiempo. Siempre han existido los cobardes que eligen al más débil e indefenso como víctima de burlas y vejaciones humillantes.

Pero todavía podemos decir algo más: no es lo mismo ser humillado que humillarse a sí mismo. Se humilla a sí mismo quien acepta un destrato inmerecido o toma el lugar más despreciado.
Vienen a la memoria las palabras del profeta Isaías, en sus cánticos dedicados al “servidor sufriente”:
Ofrecí mi espalda a los que me golpeaban
y mis mejillas, a los que me arrancaban la barba;
no retiré mi rostro cuando me ultrajaban y escupían. (Isaías 50,6)
Ese servidor sufriente del profeta Isaías anuncia la pasión y la humillación del Hijo de Dios:
El, que era de condición divina,
no consideró esta igualdad con Dios
como algo que debía guardar celosamente:
al contrario, se anonadó a sí mismo,
tomando la condición de servidor
y haciéndose semejante a los hombres.
Y presentándose con aspecto humano,
se humilló hasta aceptar por obediencia la muerte
y muerte de cruz. (Filipenses 2,6-8)
En el evangelio de hoy, Jesús aconseja a los invitados a un banquete a no lanzarse a ocupar los primeros lugares:
… porque puede suceder que haya sido invitada otra persona más importante que tú, y cuando llegue el que los invitó a los dos, tenga que decirte: "Déjale el sitio", y así, lleno de vergüenza, tengas que ponerte en el último lugar.
Al contrario, cuando te inviten, ve a colocarte en el último sitio, de manera que cuando llegue el que te invitó, te diga: "Amigo, acércate más", y así quedarás bien delante de todos los invitados. (Lucas 14,1.7-14)
Y concluye Jesús:
todo el que se eleva será humillado, y el que se humilla será elevado.
(Lucas 14,1.7-14)
El mismo Jesús vivió esto. Cuando san Pablo, en la carta a los filipenses, nos dice que Cristo se humilló hasta aceptar la muerte, y muerte de cruz, no tenemos que olvidar que la muerte en la cruz no solo era una tortura atroz, sino también una muerte infamante, la muerte a la que era condenado un criminal: “fue contado entre los culpables” o “fue contado entre los malhechores” dice otro de los cánticos de Isaías (53,12).
Pero no tenemos que olvidar que, después de esa terrible humillación, Jesús fue elevado. Sigue diciendo la carta a los filipenses:
Dios lo exaltó y le dio el Nombre que está sobre todo nombre,
para que, al nombre de Jesús, se doble toda rodilla
en el cielo, en la tierra y en los abismos (Filipenses 2,9-10)
Les dejo, para completar esta reflexión, estas palabras que San Francisco de Asís dijo a sus hermanos acerca de la humildad:
Bienaventurado el servidor que no se tiene por mejor cuando es engrandecido y exaltado por los hombres, que cuando es tenido por vil, simple y despreciado, porque cuanto es el hombre delante de Dios, tanto es y no más.
El hombre es lo que es delante de Dios y nada más. Dios es quien conoce nuestra verdad más profunda: nuestra miseria, que viene de nuestros pecados, de nuestras malas decisiones y nuestra dignidad, que es obra suya. Pidamos al Señor poder vernos como Él mismo nos ve. Nuestra realidad aparecerá con toda su crudeza, pero también resplandecerá la misericordia de Dios que sigue reconociéndonos como hijos e hijas suyas y esperando que volvamos de corazón a Él.

Colecta para los cristianos del Cercano Oriente

La colecta del Viernes Santo solía ser llamada la colecta para Tierra Santa y estaba destinada al sostenimiento de los santos lugares. Con los años fue cambiando y ampliando su significado, que pasó a ser la ayuda para mantener viva la presencia de la Iglesia en el Cercano Oriente y sostener su acción pastoral, educativa y caritativa. La Congregación para las Iglesias Orientales ha agradecido la contribución de nuestra diócesis que tuvo una sensible mejora este año, llegando a casi sesenta mil pesos.
2020 - $ 42.765
2021 - $ 25.343
2022 - $ 59.802

En esta semana

  • La semana pasada olvidé mencionar la fiesta patronal de Nuestra Señora de la Fundación, en Solymar, el día 25.
  • Este domingo 28, san Agustín
  • Lunes 29, martirio de san Juan Bautista
  • Martes 30, santa Rosa de Lima, patrona de las parroquias de Santa Rosa, El Pinar, Empalme Olmos y del balneario Fortín de Santa Rosa.
  • Miércoles 31, San Ramón Nonato. Canelones: patrono de la población que lleva su nombre y de su parroquia.
  • Jueves 1, comienzo de septiembre, mes de la Palabra de Dios, tiempo de la Creación.
  • Sábado 3, san Gregorio Magno, papa y doctor de la Iglesia.
  • Domingo 4, Jornada Nacional de la Juventud, que celebraremos en el Colegio San Isidro de Las Piedras.

Y esto es todo por hoy, amigas y amigos. Que los bendiga Dios Todopoderoso: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén.

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