viernes, 4 de agosto de 2023

6 de agosto: Transfiguración del Señor. “Este es mi Hijo muy querido… ¡escúchenlo” (Mateo 17,1-9)

En el evangelio de hoy, Jesús nos lleva a lo alto de un cerro, que quisimos evocar con el que vemos al fondo.

Hoy tenemos muchas noticias, que detallaremos al final, pero no puedo dejar de destacar un acontecimiento tan feliz y tan esperanzador para nuestra diócesis, como ha sido la ordenación de un nuevo sacerdote, el P. Néstor Rosano.

Subamos ahora con Jesús al monte de la transfiguración.

Allí, junto a tres discípulos, vamos a recibir una revelación.

Jesús tomó a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los llevó aparte a un monte elevado.
Allí se transfiguró en presencia de ellos: su rostro resplandecía como el sol y sus vestiduras se volvieron blancas como la luz. De pronto se les aparecieron Moisés y Elías, hablando con Jesús. (Mateo 17,1-9)

Cuando Dios nos revela un aspecto de su misterio, nos encontramos con algo que no esperábamos, algo que nos sorprende. Esa fue la experiencia que vivieron los discípulos.

¿Una experiencia espiritual? Sí, sin duda, en cuanto toca la fe de los discípulos; pero esta revelación de Jesús toca la integridad de la persona, porque se manifiesta a través de su cuerpo.

Jesús es el Hijo de Dios que se ha hecho hombre, que se ha encarnado. Tiene un cuerpo “semejante al de todos los hombres”.

Ahora, ese cuerpo, semejante al nuestro, se hace luminoso: se transfigura. De esa manera, Jesús nos está revelando lo que sucederá también con nuestros cuerpos.

Aquí podríamos decir… ¡no…! a través de la transfiguración Jesús está anunciado su resurrección. Sí, y ese anuncio llega poco después del anuncio de su pasión y de su muerte. En ese sentido, la transfiguración es una experiencia de consolación que prepara para el terrible acontecimiento por el que pasará Jesús y que golpeará hondamente a sus discípulos.

Así lo señala el prefacio de este día:

Él reveló su gloria ante los testigos que había elegido,
y revistió su cuerpo, semejante al de todos los hombres,
de un extraordinario esplendor,
para apartar del corazón de sus discípulos el escándalo de la cruz
(Prefacio de la Transfiguración)

Pero la resurrección de Jesús abre para nosotros también la resurrección y la vida. El anuncio de su resurrección es el anuncio de nuestra propia resurrección con Él.

Por eso, sigue diciendo el prefacio que Jesús revela su gloria, también para

… manifestar que se cumpliría en la totalidad del cuerpo de la Iglesia
lo que brilló admirablemente en él mismo, su cabeza.

Ese es el destino que el Padre Dios ofrece a la humanidad salvada por su Hijo: compartir su eternidad. Y la resurrección de Jesús es la llave que abre para nosotros la vida eterna.

Nuestra vida encuentra su sentido en esa promesa de Dios.

Hoy muchos tienen dificultades en encontrar un sentido a la vida. Es una necesidad muy profunda, porque es difícil vivir si la vida no tiene sentido. La tragedia del suicidio en nuestro Uruguay nos lo está gritando.

A veces apoyamos nuestra vida sobre realidades perecederas o sobre falsas ilusiones que terminan derrumbándose. Por eso, es bueno escuchar el testimonio de Pedro, en la segunda lectura, que nos ayudará a profundizar lo que venimos meditando.

Queridos hermanos:
No les hicimos conocer el poder y la Venida de nuestro Señor Jesucristo basados en fábulas ingeniosamente inventadas, sino como testigos oculares de su grandeza. 
(2 Pedro 1,16-19)

¿Qué significa lo que vieron Pedro y sus compañeros como testigos oculares?

Para comprenderlo, prestemos atención no solo a lo que vieron, sino también a lo que oyeron:

Nosotros oímos esta voz que venía del cielo, mientras estábamos con él en la montaña santa. (2 Pedro 1,16-19)

La voz completa la visión porque explica el significado de lo que se ve. Muchas veces nosotros podemos estar viendo una señal, un gesto, un signo, pero no sabemos interpretarlo. También por eso, es importante lo que dice la voz del Padre:

«Este es mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta mi predilección: escúchenlo.»

Decíamos al comienzo que la transfiguración anuncia la resurrección de Jesús y nuestra resurrección. Lo decimos a partir de la transformación que ocurre en el cuerpo de Jesús.

Pero ahora el Padre nos dice: este es mi Hijo y por eso está así, como Uds. lo ven. 

Es mi hijo: es por eso, para que eso se haga visible, que el está así transfigurado en el Espíritu. 

Ahora entendemos que la luz es el signo de la relación del Hijo con el Padre: la relación filial, la relación que lo une a su Padre.

Unidos a Jesús, desde nuestro bautismo, entramos en esa misma relación con el Padre. Es esa relación filial la que nos dará la vida para siempre.

Volvamos a la liturgia del día, ahora a la oración colecta:

En la transfiguración gloriosa de tu Hijo unigénito
confirmaste los misterios de la fe
con el testimonio de los profetas
y prefiguraste admirablemente la perfecta adopción como hijos tuyos,

Esa es nuestra realidad invisible. Esa es la luz que hemos recibido. La luz que se trasluce cuando actuamos en nuestra vida como Hijos de Dios, cuando escuchamos la palabra de Jesús y la ponemos en práctica.

Es contemplando el misterio de la transfiguración como podemos entender mejor estas otras palabras de Jesús:

Así debe brillar ante los ojos de los hombres la luz que hay en ustedes, a fin de que ellos vean sus buenas obras y glorifiquen al Padre que está en el cielo. (Mateo 5,16).

Por eso, pedimos en este día:

Concédenos [Dios nuestro] que, escuchando la voz de tu Hijo amado,
merezcamos ser coherederos suyos. (Oración colecta).

Noticias.

  • El sábado pasado tuvimos un encuentro de Vida Consagrada en Canelones, en el monasterio de las Clarisas Capuchinas, que nos compartieron diferentes aspectos de su carisma.
  • El lunes 31 falleció la Madre Plácida, benedictina, que fue durante muchos años abadesa del monasterio “Santa María, Madre de la Iglesia”. Sus exequias se celebraron al día siguiente. La diócesis agradece su vida de oración, de amor y de entrega al Señor.
  • Hoy culmina en La Floresta el campamento de adolescentes, Fiesta de la Luz, con más de 50 participantes.
  • Ayer comenzó en Canelones una misión de la Fazenda de la Esperanza femenina. La Fazenda es una comunidad de recuperación de adicciones, con casas para varones y para mujeres. Esta misión busca hacer conocer esta propuesta y su espiritualidad.
  • El martes 8, Santo Domingo. Fiesta patronal en la capilla dedicada a él en Las Piedras. Despedida de las Hermanas de la Sagrada Familia de Urgel, que parten definitivamente a fines de este mes.
  • El miércoles 9 celebraremos la memoria de Santa Francisca Rubatto, en el colegio Divino Salvador de Tala.
  • Jueves 10: San Lorenzo, diácono y mártir. Un día para recordar a nuestros diáconos permanentes y rezar por ellos.
  • Viernes 11: Santa Clara de Asís. A las 9 de la mañana, misa en el monasterio de las Clarisas Franciscanas en San José de Carrasco y a las 16 horas en el monasterio de las Clarisas Capuchinas, en Paraje Etcheverría.
  • Sábado 12: Santa Juana Francisca de Chantal, fundadora, junto con San Francisco de Sales de la Orden de la Visitación de Santa María, las Salesas, que tienen su monasterio en Progreso. Misa el sábado 12 a las 16 horas.
  • También el sábado 12, tercer y último taller para animadores de Pastoral Juvenil y otros agentes pastorales que quieran acercarse al mundo de los jóvenes.
  • El próximo fin de semana se realizará una colecta del fondo común diocesano, destinada en este caso al sostenimiento del Hogar Sacerdotal. Agradezco a todos su colaboración generosa.

Gracias, amigas y amigos por su atención. Que los bendiga Dios todopoderoso: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén. 

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