Con Eduardo compartimos los años del Seminario y del ITUMS, luego de que él pasara de la congregación de los Pobres Siervos de la Divina Providencia, con quienes iniciara su itinerario vocacional, a la Arquidiócesis de Montevideo, para la que luego fue ordenado sacerdote.
Si bien tenía 10 años más que yo, formamos parte de la misma generación en el camino del ministerio. Como yo, también había sido maestro, aunque con muchos más años de trabajo y una valiosa experiencia de maestro rural en la campaña de Salto.
Se acercaba a los 25 años de su ordenación sacerdotal.
Lo vi por última vez el 20 de agosto, en la asamblea del Hogar Sacerdotal, donde le entregué algo que le habían enviado desde Australia amigos uruguayos que lo recordaban - y hoy lo llorarán - con mucho cariño.
También lo recordarán sus feligreses de Punta Carretas y de Ntra. Sra. del Rosario y de Pompeya, en Piedras Blancas, Montevideo, donde falleció y está siendo velado.
Gracias, Eduardo, por tu fidelidad hasta el final.
Que celebres tus Bodas de Plata en unión, ya para siempre, con Cristo Sumo y Eterno Sacerdote.
+ Heriberto
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