miércoles, 22 de junio de 2011

Cincuentenario de las Misioneras de Jesús Verbo y Víctima, Caravelí, Perú

Mons. Federico Kaiser
La congregación Misioneras de Jesús Verbo y Víctima, presente en la diócesis de Melo, celebró esta semana sus Bodas de Oro fundacionales en Caravelí, la pequeña ciudad peruana que las vio nacer hace 50 años, de la mano de Mons. Federico Kaiser MSC y de la Madre Wilibrordis.
En 1957 el Papa Pío XII creó la prelatura de Caravelí para una mejor atención de una vasta zona peruana. Una prelatura es un territorio puesto bajo la conducción de un Obispo sin ser todavía formalmente una diócesis. Los actualmente 30.000 km2 de Caravelí pueden no parecer una extensión tan grande comparados a los 50.000 de la diócesis de Salto o aún a los 25.000 de la diócesis de Melo. Sin embargo, la accidentada geografía montañosa acrecienta las distancias.
El primer Obispo de Caravelí fue Mons. Federico Kaiser, un misionero alemán que terminó recibiendo la ciudadanía peruana. Frente a las necesidades pastorales de la población de la prelatura, Mons. Kaiser se encuentó con muy pocos recursos: algunos sacerdotes de su congregación y algunas religiosas de la rama femenina de la misma.
Agotadas las posibilidades de conseguir sacerdotes religiosos o diocesanos que vinieran como misioneros, decidió fundar una congregación religiosa preparada especialmente para atender comunidades en las que no se contara con un sacerdote. Apenas pide ayuda para su proyecto a la Hna. Wilibrordis, encuentra en ella un eco inmediato y entusiasta y una gran capacidad ejecutiva. Así, el 22 de junio de 1961 nacen en Caravelí las Misioneras de Jesús Verbo y Víctima, las "Madres", como habitualmente se les llama y se llaman entre ellas.
Las misioneras se multiplican rápidamente y se prodigan para llegar a los más recónditos rincones de la prelatura, donde a veces transcurre un año entero entre dos visitas de un sacerdote. Con una sólida espiritualidad, fundada sobre la Palabra y la Eucaristía (Jesús Verbo y Víctima), con una vida austera y disciplinada llevada con alegría y salpicada de buen humor, las MJVV comienzan a llamar la atención de otros obispos también necesitados de una mejor atención pastoral en esos lugares "donde termina el asfalto". Es así que la congregación se extiende, abre sus comunidades o "Patmos" en otras diócesis de Perú, y luego en Argentina, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay. En 1982 la congregación obtiene su aprobación pontificia.
Madre Wilibrordis
Las MJVV llegan a Uruguay en primer lugar a la Diócesis de Mercedes, donde se establecen en Ombúes de Lavalle. Invitadas luego por Mons. Luis del Castillo abre su patmos en Santa Clara de Olimar, desde donde atienden también la cercana parroquia de Tupambaé. En Salto, Mons. Galimberti, recién llegado a la diócesis las invita a fundar una comunidad en Tambores, y así se completa su presencia en Uruguay.
La celebración de estas Bodas de Oro motivó el viaje de Mons. Heriberto a Caravelí. Nuestro Obispo ha tenido una intensa relación con las MJVV, ya que acompañó la gestación de la comunidad de Tambores y allí vivió su última Semana Santa como Obispo Auxiliar de Salto, en 2009. Al llegar a nuestra diócesis, las encontró en Santa Clara, desde donde habían ido las primeras Madres a organizar la fundación de Tambores. En enero de 2010 compartió con la comunidad de S. Clara una semana de misión.
Para Mons. Heriberto la celebración fue ocasión de un reencuentro con varias de las MJVV que ya ha conocido y, desde luego, de participar con quienes hoy están en la diócesis de este grato acontecimiento.
Mons. Collazzi envió su saludo desde Mercedes y la Diócesis de Salto se hizo presente por medio del P. Carlos Siva, que es el sacerdote que habitualmente celebra en la parroquia de Tambores.

1 comentario:

Unknown dijo...

Felicitaciones a las Madres MJVV que cumplen 50 años de vida pastoral, conozco e cerca a las misioneras, les deseo mas exitos y fuerza para seguir llevando la palabra de Dios a los mas necesitados, DIOS LOS BENDIGA MESIONERAS DE JESUS VERBO Y VICTIMA Y GLORIA PARA MONS FEDERICO KAYSER FUNDADOR, el vaticano debe estudias este caso y elevar a los altares a Mns, lo que ha hecho y sigue haciendo es un milagro