La Misa con el grupo de apoyo a la Obra de las Misioneras de los Pobres en Paraguay |
Lunes 27
Después de una mañana de paseo por Verona con Tito, el almuerzo en la parroquia y la ida a la estación, para continuar el viaje.
La meta ahora es Bologna, donde hay una comunidad de las Misioneras de los Pobres, una pequeña congregación unida a la familia calabriana (por San Juan Calabria, fundador de los Pobres Siervos y las Pobres Siervas de la Divina Providencia). Esta es mi tercera visita a esa casa, donde he sido siempre gratamente recibido. Me encuentro allí también con Sor Lucía, una religiosa africana que conocí en mi primera visita, con la que hablamos en francés. A las siete de la tarde celebro la Misa en la comunidad, con un grupo que ha sido invitado para la Eucaristía y la cena. Se trata de un grupo de apoyo a la obra calabriana en Paraguay. En mi segunda visita ya estuve con este grupo, de modo que ha sido un momento para profundizar esta amistad. La cena es una forma de reunir fondos para apoyar pequeños proyectos. Con asombro les oigo citar mis propias palabras de la última visita: “Ud. nos dijo que grupos pequeños como el nuestro eran muy importantes, porque pueden financiar los pequeños proyectos que las grandes organizaciones no suelen aceptar por ser demasiado pequeños”. Sigo pensando eso. Con lo que cada uno pone mensualmente, cuando se encuentran para cenar, ayudan a sostener algunas iniciativas en Paraguay: policlínica, comedor, escuela…
Martes 28
Antes de seguir mi viaje, celebro con las Hermanas en comunidad. Mi lectura del misal italiano va mejorando de a poco, a medida que me voy familiarizando con las palabras difíciles… aunque todavía me atraco en el “convertítivi” (conviértanse) que reaparece a menudo en Cuaresma. Como le digo a una de las hermanas: “ya la conversión nos cuesta, y esta dificultad se suma”).
+ Heriberto
No hay comentarios:
Publicar un comentario