sábado, 4 de abril de 2020

Semana Santa del Corazón


Tomando como base unas coplas andaluzas que están circulando en las redes y que comienzan así:
¿Quién ha dicho esas historias?
¿que el Cristo este año no sale?
si está vestido de blanco,
de azul, en los hospitales...
Luz del Alba hace su reflexión y la aplica a nuestro Uruguay.

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¿Qué no hay Semana Santa?
¿Qué Cristo no está en la calle?
- Pero si está vestido de blanco en todos los hospitales
y todos los sanatorios y centros de atención sanitaria

¿Quién dice que el Nazareno no puede hacer penitencia?
- Si está atendiendo enfermos en las urgencias y arriesgando la vida por controlar esta pandemia.

¿Cómo que Cristo caído no se levanta y continúa luchando por salvar a la humanidad?
- Míralo en nuestros médicos que caen rendidos, exhaustos, como humildes Cirineos ayudando a cada paso. Míralo en enfermeros, auxiliares de servicio, administrativos, guardias de seguridad, que no escatiman esfuerzos y luchan día a día, codo a codo, sin descanso.

Igual que en aquel burrito pasa Jesús por la tierra en nuestros camioneros que recorren nuestras rutas y calles, para abastecer de insumos sanitarios y alimenticios a mercados, almacenes, carnicerías, panaderías, farmacias y todos aquellos que nos abastecen diariamente.
Mira también a Jesús en el Ejército que patrulla las fronteras y cumple otras tareas de bien común, míralo en los Policías que patrullan las calles disuadiendo para que cumplan con el aislamiento, combatiendo el delito y que arriesgan sus vidas y no están con sus familias sino cuidando las nuestras.
Jesús también está en aquellos que recogen nuestra basura y que humildes y diligentes pasan en sus camiones, sin que siquiera notemos su presencia.
Nadie diga que Cristo no está en todos los supermercados, en aquellos que cansados, con miedo, pero tratando de tener buen humor y de no fallarnos, están reponiendo mercadería, están vigilando, están  ayudando o están en las cajas cobrando.

¿Como me dices que no lo ves, que no lo sientes?
- Mira, presta atención a esos vecinos que aún siendo pobres y carentes de riquezas, arman ollas populares para ayudar a aquellos hermanos nuestros que por cumplir cuarentena, han perdido sus ingresos y no tienen para cubrir sus necesidades básicas.
- Míralo también en aquellos que desde sus hogares fabrican tapabocas que luego serán donados a quienes lo necesiten, encuéntralo en los jóvenes que con total gratuidad hacen mandados y atienden a las personas mayores, que tienen aislamiento obligatorio.
- Míralo en todos los gestos particulares y redes de solidaridad, que todos los días nos enteramos por diversos medios que se llevan a cabo.
- Sabemos de personas que llaman todos los días a sus familiares, amigos, pero también a aquellos que están muy solos y cuya única compañía es esa voz en el teléfono.
Cristo anda en nuestras calles en las personas que cumplen los servicios esenciales, procurando que éstos no falten en nuestros hogares.
- Y lejos de las ciudades Jesús está encorvado sobre los surcos de la tierra: sembrando, cosechando, está cuidando el ganado, está cuidando  los tambos, los frutales, los campos, está en toda esa gente que pone todo su esfuerzo en procurarnos el sustento.
- El Cristo sufriente vino y está también en todos los medios de prensa y de comunicación que las 24 horas nos mantienen informados, entretenidos y acompañados, aún a riesgo de su propia salud y  bienestar.
- Está en nuestros gobernantes todos, que se han preocupado y ocupado sin darse tregua ni descanso, para tomar las medidas necesarias para frenar y combatir esta pandemia. No es fácil ni sencillo, anteponer la salud de la población a una situación económica ya frágil y endémica y sin embargo este gobierno lo hizo.
- Está el Señor también en la gran mayoría de la población que hemos tomado la decisión de realizar la cuarentena, porque hemos comprendido que solamente con la previsión y el aislamiento podremos hacer frente a este flagelo. Por eso “quedémonos en casa”.
Sólo así el sacrificio de todos aquellos que tienen que estar en el frente de batalla, no será en vano.

Nadie puede decir que Jesús no está en las calles presente, cuando en todas nuestras  Iglesias vacías de fieles, nuestros sacerdotes celebran la Santa Misa diariamente.
Y se ocupan de retransmitirla por radio, TV cable y aire y redes sociales.
- Nadie puede decir que Cristo no está amándonos cuando nuestro Cardenal y nuestros sacerdotes salen a los atrios, balcones y azoteas de sus templos a bendecirnos con el Santísimo.
- Nadie puede decir que el Señor no está en el mundo, cuando hay tantas y tantas personas rezando, sirviendo, amando…
- Y hoy cuando escucho a tanta gente que en el mundo a los suyos ha enterrado, siento que María nuestra Madre y Patrona, ha salido con su amor a consolarnos.
Y aunque a todos nos asuste la enfermedad y la muerte, Ella nos está diciendo: "Confíen en mi Hijo, Él ha vencido al mundo".
- Por eso, SÍ hay Semana Santa, aunque no podamos celebrarla juntos en los templos, porque Cristo está presente.
- Será sin imágenes, será sin procesiones, sin templos, pero Cristo saldrá a tu encuentro en los mil rostros anónimos de aquellos que están luchando y peleando para salir victoriosos de esta pandemia.
- El amor está presente, vence todos los obstáculos, porque Cristo vive con nosotros.
- El corazón no se encierra, la fe siempre se irradia y resplandece y esta será la Semana Santa más coherente y verdadera en años, porque está basada en la solidaridad, la gratuidad y el amor.

Melo, 31 de Marzo de 2020
Luz del Alba Da silva

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