Eduardo Bonnin con Juan Pablo II |
Con Benedicto XVI |
El domingo pasado se cumplió el tercer aniversario del fallecimiento de Eduardo Bonnin Aguiló.
El 06 de Febrero de 2008 en Mallorca, España, pasaba a la Eternidad Eduardo Bonnin Aguiló el que fuera destinado a ser el depositario del carisma fundacional de los Cursillos de Cristiandad, hoy presentes en los cinco continentes.
Velado durante tres días, mientras llegaban delegados de todas partes del mundo, fue enterrado el día 9 de febrero en la iglesia de los Capuchinos que era la capilla de la cárcel donde regularmente visitaba a los presos y donde en 1949 acompañó a los condenados a muerte hasta sus últimos momentos.
En sus 90 años, no sólo fue el Fundador del Movimiento de Cursillos de Cristiandad en Palma de Mallorca, sino también rector laico de los primeros Cursillos de Cristiandad que el mundo entero conoció, además de tener el privilegio de ver cara a cara a los tres últimos Papas: Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI.
Eduardo Bonnin Aguiló nació en Palma de Mallorca, España, el 4 de mayo de 1917. Era el segundo de los 10 hijos. Su madre y su abuelo cuidaron de infundirle lo fundamental cristiano: el Amor de Dios y la importancia de “hacer el camino” en compañía.
Llegó a la juventud no sólo lleno de “espíritu cristiano” sino con una inquietud inconformista, porque consideraba que “el mensaje de Cristo se presentaba de forma desangelada”. Un discurso de Pío XII, un día 6 de Febrero, pero de 1940, exactamente 67 años antes de su muerte, le cambió su perspectiva. En ese discurso el Santo Padre impulsaba a buscar caminos “nuevos”, diferentes a los habituales, para hacer que todos, pero muy especialmente los alejados, conocieran el Amor de Dios. Desde ese momento tres principios se convierten en las directrices básicas de su nuevo camino: el Amor de Dios, la amistad y la persona, especialmente los alejados, y a ellos se consagró por entero, buscando a su vez desarrollar la conjunción de estos tres principios y plasmando las conclusiones en un trabajo al que da vida con el título de “El Estudio del Ambiente”. Este trabajo, se convierte, en la “partida de nacimiento” de lo que se conocerá como Movimiento de Cursillos de Cristiandad.
Es así que el 20 de Agosto de 1944 en Cala Figuera, bajo su rectoría, se realiza el primer Cursillo de la historia, y por la Gracia del Espíritu Santo, nace el Movimiento de Cursillos de Cristiandad. Con los mismos esquemas de lecciones utilizados, salvo mínimos cambios, se dieron 4 cursillos más entre 1945 y 1948, y todos los demás cursillos que se han celebrado hasta el día de hoy.
Fue él quien concibió la idea de un curso abreviado e intenso de tres días de oración, de estudio y de convivencia. Eso es un cursillo, pero ante todo, la vivencia de lo fundamental cristiano, en convivencia caritativa y apostólica. Cursillo es el hallazgo de la propuesta de “Ven y verás”, Es la realidad del triple encuentro con uno mismo, con Cristo y con los hermanos. Es vivir y dar a luz amistad. Es un plan apostólico con el objetivo único de aproximación de la persona, para que quien vive los tres días del cursillo pueda comprender que: "El hombre puede ser más y mejor, puede serlo donde está, si descubre su corazón con espontaneidad, si asume su inteligencia con convicción, si orbita su voluntad con decisión y su persona en su globalidad y si acepta que su realidad está integrada por personas a las que puede ayudar , siempre que se realice de una forma personal y en amistad
“Ningún hombre y ninguna mujer se conoce mientras no se ha encontrado con Dios” exponía. Por tanto, nosotros cristianos, debemos proporcionarles el vehiculo para acercarse a Dios y provocar ese encuentro… Eso es Cursillo. Y sobre todo un momento en el cual, hombres y mujeres comprenden que es posible y real llevar una vida en Gracia, en el mundo donde el Señor les ha puesto, en su concreto mundo familiar, laboral y de ocio. Que es posible vivir una vida de amistad con un Cristo vivo, normal y cercano que ama y busca a la persona por lo que es y no por lo que le envuelve
Nunca pretendió ser fundador de movimiento alguno, tan sólo aprendiz de la religión en la que fue bautizado y en la que fue educado por sus padres.
"Cuando la Iglesia no ha sido humana, no ha sido cristiana", decía. "Hemos de saber y saborear que Cristo resucitado es una persona viva, cercana, y amiga y que por nuestra vida de gracia consciente, nos vamos dando cuenta que nos conoce. Nos busca, nos quiere, nos ofrece su amor y su cercanía. Y, sobre todo, que quiere acompañarnos en nuestro vivir, con la luz de su palabra, y con el suave impulso de su humana ternura".
Sin Cursillos de Cristiandad, el Camino Neocatecumenal, la Renovación Carismática y otros movimientos habría sido muy distinto.
España ha aportado tres grandes movimientos de renovación eclesial al mundo católico en el siglo XX: el Opus Dei, de San Josemaría Escribá; el Camino Neocatecumenal, iniciado por Kiko Argüello y Cursillos de Cristiandad que nació en una época en que la persecución anticristiana había dejado casi sin líderes (laicos o religiosos) a la ciudadanía católica.
De los tres movimientos, el más influyente -el que ha tocado a más personas directa o indirectamente- ha resultado ser Cursillos. Cuando en los años 60 nace en Estados Unidos la Renovación Carismática Católica y se extiende como un fuego por las universidades católicas y luego por Hispanoamérica y la India, llegando a millones de personas, la primera generación de líderes carismáticos se había formado en el sistema de Cursillos de Cristiandad. Eran catequistas de Cursillos que usaban las redes de contactos creadas por Cursillos. De hecho, el método evangelizador de los carismáticos católicos, los "Seminarios de las Siete Semanas", seguían -y siguen- una estructura tomada en aquellos años de Cursillos de Cristiandad.
Algo similar pasó con el Camino Neocatecumenal. Después de su experiencia de conversión inicial, Kiko Argüello hizo un Cursillo de Cristiandad, buscando vertebrar su fe. Fue entonces cuando entendió que la fe necesita formación, doctrina y entrenamiento sistemático de algún tipo. En Cursillos Kiko empezó a pensar en lo que sería el Camino: "un método de formación, de catecumenado post-bautismal". Parte de las catequesis kerigmáticas, de primer anuncio, de los necocatecumenales, nace del sistema de Cursillos.
Y de Cursillos han nacido movimientos enteros, aunque más pequeños. Por ejemplo, en España está Christifidéles Láici y con sede en EEUU y presencia en Nigeria, España y Ucrania está Míles Iésu, fundado por el español Alfonso Maria Durán, que se formó en Cursillos de Cristiandad y del que tomó elementos.
También en Estados Unidos nace el movimiento de escuelas de evangelización Ministerios de María, organizado por el ex-diputado del estado de Arizona Armando Ruíz, siguiendo el ejemplo de fe de sus padres, convertidos "en serio" en Cursillos de Cristiandad.
Millones de personas en todo el mundo han pasado por el MCC desde aquel inicio en 1940 en Mallorca. La semilla de Cursillos se ha expandido por el mundo y Eduardo Bonnin fue siempre tras ella, fertilizando y fermentando los ambientes en los que estaba llamada a crecer.
En los cinco continentes, hay constancia del fermento que ha producido esta semilla. Personas que vamos descubriendo el tesoro de nuestra existencia, y por ello, lo anunciamos con gozo a los demás, de modo gratuito, sin angustias y sin imposiciones. Unos hombres con ayuda de la ciencia y el apoyo económico, han recorrido la distancia que hay de la piel del hombre a la Luna. Nosotros, católicos cursillistas, intentamos algo inmensamente más difícil: llegar desde la piel del hombre a dentro del hombre, para conocer mejor el camino hacia nosotros mismos, y el camino hacia los demás, para tomar mayor conciencia de la maravilla de nuestro vivir, para mejor saber convivir con los demás hombres, la aventura de ir siendo y creciendo como personas. Solamente se puede vivir en plenitud, si se descubre el sentido de la vida.
La vía para ir encontrando en la vida, este sentido, está en:
- Aceptarse como uno es
- Comprender que podemos ser mejores y
- Hacer el camino en compañía.
Eduardo Bonnin es uno de ellos, y pesar de haberse autodefinido "simplemente ‘aprendiz de cristiano'”, fue un hombre que se sintió llamado a hacer palpable en este mundo la ternura de Dios, y en ello empeñó toda su existencia marcando de esa manera el futuro de muchísimas personas en los cinco continentes.
Es que cuando la persona humana se encuentra con el Espíritu de Dios, cree en Él y trata de corresponder a su invitación, cambia de óptica, de enfoque, de horizonte y de perspectiva, y encuentra sentido al vivir.
Los Cursillos de Cristiandad, por la gracia de Dios, las oraciones de muchos y la firme voluntad de unos pocos, van consiguiendo que hombres y mujeres tomen consciencia de ser personas y por tanto de tener la facultad receptiva para poder captar la buena noticia de que Dios en Cristo nos ama.
Desde el 6 de febrero de 2008, todos los que encontramos el amor y la amistad de Dios en Cristo Jesús en un Cursillo de Cristiandad, somos los herederos de ese Carisma y necesitamos aprender también a ser “Aprendices de Cristiano”.
A tres años de su partida éste es mi homenaje para (como él mismo decía) “un modesto obrero de la Viña del Señor”. Hoy podemos decir : Eduardo Bonnin está en el Cielo haciendo Reunión de Grupo con el Padre y enviando alegría de resurrección a todos los cursillistas del mundo, impulsando al apostolado para que todos, especialmente los alejados, sepan que para Nuestro Buen Padre, cada uno de nosotros es hijo único.
Desde ¡Qué bien se está aquí!, va mi saludo, para todos los hombres y mujeres, que han vivido la experiencia de un cursillo, a ellos y a quienes lo vivirán un día, un saludo fraternal de hermano en Cristo.
¡Que la paz y el amor de Nuestro Señor estén siempre con ustedes!
Soy Yenny, enviándoles desde mi corazón un gran abrazo ¡De Colores! para todos.
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