Mons. Rutilio del Riego, obispo auxiliar, Mons. Heriberto, Mons. Gerald Barnes, obispo de San Bernardino |
Bendición de las candelas |
Misa en la Capilla del Centro Pastoral de San Bernardino |
Este dos de febrero el Obispo de San Bernardino, Mons. Gerald Barnes, me recibió en su despacho, junto con Mons. Rutilio del Riego, el obispo auxilar. Mons. Barnes habla un español impecable, que sin duda facilita su comunicación directa con sus muchos diocesanos hispanos. Es muy afable, y los tres nos enfrascamos en una ágil conversación sobre temas pastorales que fue interrumpida por la continuación de su agenda.
Con Mons. Barnes nos reencontramos en la Misa al mediodía, que él presidió alternando en su desarrollo el inglés y el español.
Luego de la Misa, invitado por Mons. Gerard López, Vicario General, almorcé con varios miembros del equipo pastoral.
También a los EE.UU. llegaron, en parte llevadas por los emigrantes hispanos y por los ecos de Medellín y Puebla, las Comunidades Eclesiales de Base. La Diócesis de San Bernardino cuenta con un servicio pastoral para las "Pequeñas Comunidades de Fe", Small Faith Communities, que existen en muchas parroquias de la Diócesis. Por lo que me cuentan los responsables del servicio diocesano, son muy parecidas a nuestros grupos bíblicos: es decir, grupos pequeños, entre 10 y 20 personas; se reúnen semanalmente; meditan la Palabra de Dios, sea la de la liturgia dominical o un libro de la Biblia, con material elaborado para todo el año por la diócesis y buscan que esa meditación se convierta en un compromiso efectivo de unir la fe y la vida, en el testimonio y en el servicio. Existen grupos latinos y grupos "anglos", con perfiles un poco diferentes, que corresponden a las características de cada cultura.
En la tarde, luego de una grabación para el progama de radio "Sembrando Esperanza" (ver nota aparte), tuve mi última entrevista, con una persona que no estaba en la agenda, pero que manifestó su interés de que yo la visitara en su oficina: la Sra. Laura J. Clark, quien tiene en la Diócesis la nada menor responsabilidad de jefe del Departamento de Asuntos Financieros. Me encontré con una mujer devotamente entregada a este difícil servicio. Es difícil hacer una comparación entre las economías de dos diócesis como las nuestras respectivas, San Bernardino y Melo, en dos entornos también tan diferentes.
Entrando a compartir, le pregunté cómo obtenía la diócesis sus recursos. El principal recurso es el aporte de las parroquias, para lo que se pone una meta al comenzar el año, asignando una parte a cada comunidad según sus posibilidades (algunas parroquias, pocas, no pueden hacer ese aporte a la diócesis y, por el contrario, necesitan ser subsidiadas). En el sitio web diocesano, en la página de cada parroquia, aparece esa meta y el porcentaje que se va alcanzando en el correr del año.
En relación a los ingresos previstos se elabora el presupuesto de gastos, que incluye los salarios de un numeroso personal al servicio de la diócesis y los programas de los diferentes departamentos (actividades diocesanas, encuentros, cursos, retiros, etc.). "A veces me toca pedir a los servicios que recorten su presupuesto, porque no se ha podido reunir los fondos para hacer todo lo previsto. Reúno a los responsables y pido a ellos mismos que vean cuáles son los programas en los que se puede hacer recortes", me dice Laura. Nuestra charla continúa por un rato y me despido de esta joven y activa abuela, que muestra orgullosa las fotos de sus cuatro hermosos nietos.
+ Heriberto
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