sábado, 26 de marzo de 2011

La Junta Departamental de Paysandú recordó los 130 años de presencia salesiana en la ciudad




En sesión presidida por el edil Robert Pintos, con la presencia del intendente Bertil Bentos y el diputado por Paysandú, Miguel Otegui, así como autoridades salesianas, se realizó ayer la sesión especial de la Junta Departamental para recordar los ciento treinta años de la congregación salesiana en Paysandú.
El encargado de la disertación fue José Rivero Horta, quien manifestó su beneplácito “por hablar de su propia casa, de su propia familia, porque así siento yo a los salesianos”. Se remontó a su niñez para recordar alguna anécdota, como cuando “tenía ocho o nueve años y los niños usábamos sotanas blancas”, aunque a él le entregaron una que decía “Alfredo Rivero en el cuello, porque la había usado mi padre”.
En lo formal de la recordación citó a Don Juan Bosco, quien “envió a algunos de sus hijos para suplir la falta de algunas figuras de la diócesis” (ante el pedido de la autoridad religiosa de Buenos Aires) donde se instaló un primer colegio salesiano, que también tuvo la ciudad de Montevideo. Citó a la delegación de diez salesianos encabezada por el padre Luis Lasagna, que en el vapor Iberia llegó a estas tierras en la segunda parte del siglo XIX para comenzar una misión que realizó una excelente obra cultural pero que fundamentalmente “dio buenos cristianos y mejores ciudadanos”.
Cuando se decidió el traslado a Paysandú el 9 de marzo de 1871, nuestra ciudad contaba con 22 mil habitantes, ocupando al llegar dos días después algunas habitaciones que el cura párroco alquilaba a la familia de Almagro y Paredes en la esquina de la plaza. “Los salesianos se entregaron de cuerpo y alma con todo el entusiasmo y los bríos de su juventud a la obra que se les había encomendado”, dijo Rivero Horta. Pero reconoció que “nada les iba a ser fácil” al recordar el fuego que destruyó buena parte de la iglesia en 1882, perdiéndose imágenes religiosas que se habían traído a nuestra ciudad. Pero poco después pudieron, con la contribución de vecinos destacados de la ciudad, reconstruir todo “con la imagen de la Virgen del Rosario, traída de Italia, que fuera donada por la señora Leonarda Almagro y Paredes”.

Aporte a la educación y cultura

Rememoró el año 1885, cuando se inicia el Colegio Nuestra Señora del Rosario, citando a los primeros alumnos que integraron una matrícula de 147 estudiantes. “Al año siguiente con la Revolución del Quebracho, el colegio fue ofrecido como ‘hospital de sangre’ lo que fue aceptado. Pero al fin los heridos fueron atendidos en casas particulares o llevados a la capital”. Citando a uno de los pioneros, el padre Allavena, quien falleció a los 33 años, dijo que “todo Paysandú lo lloró”.
No omitió el aporte del observatorio meteorológico del colegio, la fundación de una incipiente “escuela industrial” que no prosperó, lo que “hubiera servido a mucha gente y sobre todo a Paysandú”; el museo de historia natural por la presencia del salesiano Lino Carabajal, continuado entre otros por los padres Baldomero Vidal, quien desechó la tesitura del “Padre Sandú” como origen del nombre que identifica a nuestro departamento, y el recordado Alfredo Merlino.
La creación en 1907 del Centro Allavena; el Liceo del Rosario que se logró en enero de 1911, autorizado entonces por la Universidad de la República “o sea que estamos celebrando sus cien años ya que se constituyó en el primero habilitado en el interior del país”.
Rivero Horta desgranó una serie de anécdotas, todas valiosas, de la trayectoria de los salesianos en Paysandú.
“La obra madre de los salesianos de Don Bosco, fue el oratorio, donde trescientos o cuatrocientos jóvenes se reúnen a jugar tras una pelota”, otorgando al padre Horacio Meriggi la responsabilidad de su implantación y desarrollo, también con el aporte social de los sindicatos agrícolas y las cajas populares.
En referencia al padre Luis Testa, quien promovió el Barrio Obrero, primero de su tipo en el país y a partir del cual se creó INVE, dijo: “aprovechando que estamos en la Junta y se encuentra el intendente, sería bueno que tan siquiera una callecita del mismo lleve su nombre”.
“Puedo afirmar sin temor a equivocarnos, que Paysandú hoy no sería el mismo sin la presencia de los salesianos”, sostuvo Rivero Horta.

(Texto tomado del diario "El Telégrafo". Fotos: Andrés Sanchez)

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