sábado, 14 de agosto de 2010

Apoyar y Fortalecer a las Familias

Reunión del Consejo de Pastoral Familiar de la Diócesis de Melo
Se reunió esta tarde el Consejo de Pastoral Familiar de la Diócesis de Melo, en la Parroquia del Salvador, en la ciudad de Treinta y Tres.
El asesor de P. Familiar, P. Arturo, dio la bienvenida a los participantes, delegados de varias parroquias de la diócesis, y anunció el programa de la reunión: evaluación de la prioridad "Pastoral Familiar" dentro del Plan Pastoral Diocesano; un aporte sobre el tema "relación padres hijos", a cargo de la Hna. Laura HMA y la Eucaristía presidida por el Obispo diocesano.
La evaluación se inició con un ejercicio de Lectio Divina sobre Mateo 5,13-16 (sal de la tierra - luz del mundo) que marcó el tono de la reflexión posterior, al poner en primer plano la necesidad del anuncio del Evangelio con el testimonio de la propia vida. En la evaluación fueron asomando logros y carencias de una prioridad que tenía como objetivo específico "Promover y fortalecer un proyecto de pastoral familiar, partiendo de la diversidad de situaciones con sus luces y sus sombras, que tenga como centro de actividad evangelizadora a la familia como un todo, en el conjunto de sus integrantes". La necesidad de seguir actuando en apoyo de las familias a través de la P. Familiar, incluso con una actitud misionera que salga al encuentro de aquellos más necesitados de ayuda y apoyo, fue uno de los elementos salientes como desafío.
La Hna. Laura, a través de una presentación audiovisual que mostraba algunos aspectos de la nueva cultura mediática (televisión, telefonía movil, internet) en que están sumergidos los jóvenes, estimuló un enriquecedor intercambio sobre el rol de los padres hoy y la necesidad de seguir buscando y fortaleciendo la relación personal, de tú a tú sin mediaciones, como camino que permite construir relaciones auténticas y sólidas entre padres e hijos, en un mundo donde se hace imperiosa la búsqueda del verdadero sentido de la vida.
Mons. Heriberto celebró la Eucaristía correspondiente a la solemnidad de la Asunción, invitando a los participantes a contemplar a María llevada al cielo en cuerpo y alma como gran signo de esperanza, consuelo y fortaleza para la Iglesia peregrina.


ALGUNAS CONVICCIONES BÁSICAS SOBRE
EL MATRIMONIO Y LA FAMILIA

Para establecer estas convicciones nos fundamentamos en la reflexión antropológica sobre la naturaleza humana, en el dato bíblico y en los dos grandes documentos del Magisterio sobre el Matrimonio y la Familia:
  • La constitución pastoral sobre la Iglesia en el mundo actual (1965): Gaudium et Spes (GS), especialmente en los números 47-52.
  • La exhortación apostólica sobre la misión de la familia cristiana en el mundo actual (1981): Familiaris Consortio (FC)
A la luz de estas fuentes afirmamos algunas convicciones básicas:

1.    La familia es la institución humana más universalizada en el tiempo y en el espacio (Institución natural, cultural y cristiana) (GS 48).
2.    El matrimonio es el fundamento de la familia. La institución familiar “está fundada sobre el matrimonio, esa unión intima de vida, complemento en-tre un hombre y una mujer, que está constituida por el vínculo indisoluble del matrimonio, libremente contraído, públicamente afirmado y que está abierto a la transmisión de la vida” (Carta de los derechos de la familia, Preámbulo B).
3.    La familia es una comunidad de personas, “íntima comunidad de vida y amor” (GS 48). Allí se realiza el encuentro de las generaciones y se transmiten los valores culturales, éticos, sociales, espirituales y religiosos.
4.    El matrimonio del que procede la familia es el ámbito exclusivo para la transmisión de la vida humana. Los hijos son “el don más excelente del matrimonio” (GS 50) y constituyen “una preciosa ayuda para la edificación de la comunidad familiar y para la misma santificación de los padres (GS 50).
5.    La familia, siendo una institución anterior al Estado, mantiene con la sociedad relaciones de mutua colaboración.
En este contexto las Conferencias latinoamericanas han elaborado un verdadero modelo de familia:

En Medellín la familia es presentada como:

1.    Formadora de personas: su cometido es formar personalidades integrales;

2.    Educadora en la fe.

3.    Promotora del desarrollo: “La familia es escuela del más rico humanismo” (PP 11).

En Puebla (1979) se la invita a cultivar las cuatro relaciones fundamentales de la persona (Paternidad, filiación, hermandad y nupcialidad), las cuales encuentran su pleno desarrollo en la vida de la familia.

En Santo Domingo (1991) “en continuidad con Medellín y Puebla”, la familia es descripta en sus cuatro cometidos fundamentales:

1.    Comunidad de personas: “la familia es el lugar privilegiado para la realización personal junto con los seres amados” (SD 214).

2.    “Santuario de la vida”: Procreación responsable; paternidad y maternidad responsables.

3.    “Célula primera y vital de la sociedad”: promotora del desarrollo, protagonista de una autentica política familiar...

4.    Iglesia doméstica que acoge, vive, celebra y anuncia la Palabra de Dios, santuario donde se edifica la santidad.
 
En Aparecida (2007) se dice que

1.    “la familia es uno de los tesoros más importantes de los pueblos latinoamericanos y caribeños, y es patrimonio de la humanidad entera” (Aparecida, 432). 

2.    “La familia cristiana está fundada en el sacramento del matrimonio entre un varón y una mujer, signo del amor de Dios por la humanidad y de la entrega de Cristo por su esposa, la Iglesia. Desde esta alianza de amor se despliegan la paternidad y la maternidad, la filiación y la fraternidad, y el compromiso de los dos por una sociedad mejor” (Aparecida, 433).

En el contexto de la familia actual y sus crisis, creemos que es necesario reformular algunos temas:

1.    Una recomprensión de la sexualidad humana. Superando una visión agustiniana de la sexualidad y de su papel dentro del matrimonio y en el contexto de la vida humana. Se hace necesario hacer nuevos planteamientos con base personalista.

2.    Una revalorización de la institución familiar: “El valor institucional del matrimonio debe ser reconocido por las autoridades públicas; la situación de las parejas no casadas no debe ponerse al mismo nivel que el matrimonio debidamente contraído (Carta de los derechos de la familia, art. Ic). El matrimonio y la familia son una institución previa a la Iglesia y al Estado “que todos deben defender, porque Dios mismo es su autor” (decían los obispos peruanos en una carta pastoral).

3.    Una reinterpretación lúcida de la “paternidad responsable”. Debemos descartar tanto el totalitarismo del Estado imponiendo ciertas prácticas de control de la natalidad, como la irresponsabilidad de los esposos, no sólo a nivel personal, sino en cuanto a las implicaciones éticas provenientes del campo social y del problema demográfico. Se trata de poner en su contexto lo que es la paternidad responsable.
P. Juan Algorta SDB


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