miércoles, 9 de junio de 2010

Arzobispo Emérito de Corrientes 
predicará retiro al Clero de Melo

Mons. Domingo Salvador Castagna, Arzobispo Emérito de Corrientes visitará próximamente el Uruguay para orientar el retiro al Clero de la Diócesis de Melo.
Ofrecemos a los lectores de COMUNIÓN este reciente aporte del prelado:

Toribio de Mogrovejo, estilo pastoral de Latinoamérica
Corrientes, 3 Jun. 10 (AICA)

Santo Toribio de Mogrovejo
Santo Toribio de Mogrovejo

“Para los pueblos de Latinoamérica el Arzobispo de Lima, Santo Toribio de Mogrovejo, encarna la auténtica imagen de la Iglesia Católica: misionera, cercana al pueblo humilde, particularmente representado por los indígenas, afroamericanos y mestizos”, expresa el arzobispo emérito de Corrientes, monseñor Domingo Salvador Castagna, en la última de la serie de reflexiones elaboradas en ocasión del Año Sacerdotal.
     
El prelado destaca del Santo que “la magnitud de su ministerio pastoral se identifica con la heroicidad de sus virtudes”, y al definirlo como “activo pastor”, subraya que “el prestigio de la investidura recibida favorece su acción en bien de su pueblo, pero, no neutraliza los sinsabores provenientes de las intrigas políticas de entonces”.

     Recuerda que “delante de Dios, y en servicio de su enorme grey, diseña un plan de acción pastoral que lo convierte en un santo andariego”, y agrega: “Se revela como intrépido defensor de la dignidad de los indígenas, frecuentemente maltratados por los colonizadores, y reclama con valentía que sean respetados sus derechos. Convoca y preside el tercer Concilio Limense (1582-1583) al que asisten prelados de toda Hispanoamérica y en el que tratan asuntos relativos a la evangelización de los indígenas. Su andar misionero produce adelantos viales de gran necesidad, construye escuelas, capillas, hospitales, conventos y funda el primer Seminario Americano en Lima (1591) que en la actualidad lleva su nombre”.

     “El Arzobispo Toribio de Mogrovejo extrae su extraordinaria vitalidad misionera de la santidad de su vida -señala monseñor Castagna-. De otra manera no hubiera sido lo que fue” e indica que “los testimonios de quienes lo conocieron dan cuenta de su extraordinaria vida de oración, de sus mortificaciones, de su dedicación a la gravísima tarea de Pastor que la Iglesia le encomienda”.

     En ese sentido, subraya “sus visitas pastorales de estilo netamente misionero” y señala: “Su propósito de estar cerca del pueblo, principalmente de los indígenas y pobres, inaugura una forma pastoral que marca, en adelante, la acción evangelizadora de los principales agentes latinoamericanos: Obispos, sacerdotes, religiosos y laicos. Muy posteriormente a su tránsito, los ya numerosos obispos de Latinoamérica celebran cuatro Conferencias episcopales que recogen fielmente el espíritu, el pensamiento y la práctica del Santo Arzobispo: Medellín, Puebla, Santo Domingo y Aparecida. Por ser quien fue, el Venerable Siervo de Dios Juan Pablo II lo proclama Patrono del Episcopado Latinoamericano (1983). Ese celestial patronazgo indica, y lo indicará en lo sucesivo, un estilo pastoral de la Iglesia Latinoamericana animado por obispos misioneros, cercanos a los más pobres, testigos incorruptibles del Evangelio. Entre ellos se destacan algunos santos y mártires, históricamente muy cercanos a nosotros”.

     El arzobispo correntino también califica al Santo peruano como “reivindicador de la santidad en la acción pastoral”, y sostiene que “la intención del Papa, al proponer a Santo Toribio como Patrono del episcopado latinoamericano, es presentar un modelo de vida apostólica a los obispos del joven Continente”, porque “como aquel santo Pastor, los obispos de la actual Latinoamérica están desafiados por un territorio geográficamente enorme, a medio poblar, por el fenómeno de una pobreza escandalosa y de un subdesarrollo cultural, económico y político de difícil superación inmediata. Santo Toribio responde, en su tiempo, a esos desafíos, llevando el Evangelio a los más remotos lugares y presentando, con particular osadía pastoral, todas las exigencias emanadas de su anuncio y celebración”.

     Para finalizar, luego de destacar que “Santo Toribio de Mogrovejo ha recogido las angustias y esperanzas del Continente Latinoamericano, confirmando proféticamente su identidad cristiana”, le pidie que “interceda para que la gracia, que lo promovió a la santidad, logre una verdadera renovación en quienes debemos recoger su herencia y hacer del ‘Continente de la esperanza’ una realización ejemplar de la caridad cristiana”.



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