jueves, 9 de septiembre de 2010

Con Mons. Luis del Castillo SJ

"La reforma vareliana
no ha sido realizada aún"

Mons. Luis del Castillo SJ, segundo obispo emérito de Melo, se encuentra desde abril en Nueva York, donde ha retomado una investigación que le apasiona: las fuentes que inspiraron el pensamiento educativo de José Pedro Varela.
Aprovechando su breve visita a nuestra diócesis, COMUNIÓN dialogó con Mons. Luis sobre este tema. En vísperas del Día de la Educación Católica presentamos a nuestros lectores algo de lo conversado, que nos permite descubrir como el reformador de la Escuela uruguaya no pensaba en una educación en la que la religión estuviera ausente, sino todo lo contrario.

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Los acontecimientos de la historia, la vida y el pensamiento de sus protagonistas suelen ser a menudo interpretados desde la perspectiva de un presente, de un estado actual de las cosas. Así, algunos aspectos son destacados de forma particular, dándoles la mayor relevancia, mientras que otros, que no resultan congruentes para la mentalidad de ese presente, son olvidados o relativizados, o a veces objeto de explicaciones extrañas, que sólo reflejan la dificultad, o aún la negativa, de entender algunos rumbos de la historia y de sus personajes.
Esto sucede en el Uruguay, por ejemplo, con la figura, el pensamiento y la acción de José Artigas, las leyes del 25 de agosto de 1825, y también con el pensamiento de José Pedro Varela.
No puede negarse que Varela es una figura fundamental en la conformación del Uruguay como nación, a través de su proyecto educativo que sigue siendo reconocido como el principal inspirador de nuestra enseñanza pública. Cabe también la admiración ante tales logros, al considerar que el reformador no alcanzó a vivir 35 años.
Sin embargo, Mons. Luis del Castillo, tras retomar y avanzar en su estudio de las fuentes del pensamiento vareliano, afirma que el proyecto de Varela “no se ha realizado aún”.

- Mons. Luis, ¿cuándo comienza Varela a interesarse por la educación popular?
- La educación formal que recibió Varela terminó a sus 15 años. A partir de allí comenzó a trabajar en el comercio de su padre. En 1867 viaja a París, donde conoce a Víctor Hugo. Viaja luego a los Estados Unidos, donde se encuentra con Domingo Faustino Sarmiento, quien fue entre 1865-1868 embajador de Argentina.
- Sarmiento ya había sido gobernador de San Juan, y allí había comenzado a promover la educación popular. Es un hombre maduro, que en 1867 tiene ya 56 años, mientras que Varela tiene apenas 22 años…
- Él es quien recomienda a Varela una serie de libros sobre ese tema. Varela llenará con ellos su baúl y los irá leyendo en el viaje de regreso a Montevideo. Sarmiento, que vuelve a Buenos Aires para asumir la presidencia argentina, viaja en el mismo barco, lo que les permitirá ir compartiendo y comentando lecturas.
Esos libros son las fuentes de Varela, citadas largamente en La Educación del Pueblo (1874) y La Legislación Escolar (1876). La biblioteca de Varela se encuentra actualmente en el Museo Pedagógico de Montevideo.
- El sitio web del museo informa que éste fue creado en 1889, veinte años después de la muerte de Varela y cuenta con una importante biblioteca pedagógica. Sin embargo, la biblioteca de Varela, que la familia donó al museo, forma más bien parte del Museo, es decir, se encuentra en vitrinas de exhibición.
- Están allí entre los objetos que pertenecieron al reformador. En las bibliotecas de EE.UU. donde he podido trabajar, esos libros están abiertos a la consulta de cualquier usuario. La lectura de las fuentes amplía el horizonte para entender las ideas valerianas, y eso es lo que me permite afirmar que la reforma proyectada por Varela no se ha realizado aún.
- ¿En qué sentido?
- La propuesta de Varela no es de una escuela sin Dios. Él quiere resolver el problema del respeto a las diferentes concepciones religiosas, sin suprimir la religión del programa escolar. Su propuesta es una escuela con Dios, con religión y aún con espacio para la catequesis.
La mejor solución al problema que Varela encuentra es la ley holandesa de educación. La fórmula es una enseñanza no afiliada a una religión positiva, pero tampoco atea. El percibe que, paradójicamente, el ateísmo es también una opción religiosa. De modo que su proyecto no lo concibe Godless, sin Dios, sino con Dios. Esto está en “La Educación del Pueblo”. La ley holandesa dispone que el maestro, el instructor laico, desarrolle los temas comunes a las diferentes religiones, lo que hoy sería una fenomenología de la religión, dando así una enseñanza religiosa no confesional.
Respecto a la catequesis o a la enseñanza de una religión específica, la misma ley establece que fuera del horario de clases, el local escolar queda disponible para la formación religiosa. Esa idea Varela la propone en sus obras.
- Algo así existe hoy en Francia con las capellanías (aumôneries) de la Enseñanza Pública. Un agente pastoral de la Iglesia es reconocido por las autoridades de la Enseñanza Pública, lo que le permite el libre acceso a la escuela o al liceo para ofrecer a los alumnos que así lo deseen actividades de carácter religioso, y dispone allí de un espacio para reuniones. Pero volvamos a las fuentes, ¿podría mencionar a alguno de los autores?
- Los autores de obras sobre educación popular que cita Varela, son cristianos, aunque no católicos: son metodistas, como Ira Mayhew, presbiterianos… Todos ellos ponen la formación religiosa como una condición esencial para que la educación sea sana y verdaderamente integral.

Unsectarian pero no godless
"Desde que vamos a sostener la justicia y la conveniencia de no enseñar en las escuelas públicas, o mejor dicho, de no enseñar en la escuela, los dogmas de una religión positiva cualquiera, empecemos por rechazar el cargo injusto que nos dirigen los adversarios de esa doctrina, diciendo que, los que así piensan, quieren el establecimiento de la escuela antirreligiosa. No: como dicen los americanos, es unsectarian pero no godless: no pertenece exclusivamente a ninguna secta y, por la misma razón, no es atea, ya que el ateísmo es también una doctrina religiosa, por más absurda que pueda considerarse."
(José Pedro Varela, La Educación del Pueblo, T. 1, capítulo XI)
La solución holandesa
"Así, parécenos que una de las mejores soluciones dadas en la práctica a esta cuestión, se encuentra en el artículo 21 del primer proyecto de ley presentado a las Cámaras Holandesas en 1855-56. He aquí el texto de ese artículo: 
«La instrucción debe servir para desarrollar los sentimientos morales y religiosos.
«Los instructores se abstendrán de enseñar, de hacer o de permitir todo lo que pueda herir las creencias religiosas de las comuniones a las cuales pertenezcan los niños que frecuenten la escuela.
«La enseñanza de la religión es abandonada a las diversas confesiones. A este efecto, los locales de escuela estarán a la disposición de los discípulos fuera de las horas de clase».
«Así, al instructor laico el cuidado de desarrollar la moralidad, los principios religiosos comunes a todas las creencias, los sentimientos de tolerancia y de caridad.
«A los ministros del culto, la enseñanza de las verdades reveladas, enseñanza en la que el Estado no tiene nada que ver, y que no está inscrita entre las materias obligatorias.
«Respeto a todos los cultos en el seno de la escuela» (E. Laveleye)."
(José Pedro Varela, La Educación del Pueblo, T. 1, final del capítulo XIV).

Ira Mayhew
Una fuente muy importante de Varela es Ira Mayhew, un metodista neoyorquino, que vivió entre 1814 y 1894, autor de The Means and Ends of Universal Education (1857). Mayhew fue dos veces superintendente de Instrucción Pública del estado de Michigan (1845-1849 y 1854-1859). Su libro se encuentra disponible en formato pdf en Google Books. Fue tal la influencia de Mayhew en la obra vareliana que el P. Juan Villegas SJ hizo un estudio confrontando ambas obras y constatando la fuerte presencia del pensamiento de Mayhew en Varela. (Juan Villegas SJ, Influjo de Ira Mayhew en “La Educación del pueblo” de José Pedro Varela, HEGIL Impresos, Montevideo, 1989 - 123 páginas.).

1 comentario:

Anónimo dijo...

esta muy buena la información, además de ser explicita expresa lo que realmente Varela quería lograr. Nancy