“Vamos a tu casa Jesús nos espera”
Como hace 32 años celebraremos el primer domingo del mes de setiembre la Jornada Nacional de la Juventud. Este año nos inspira el texto de Zaqueo (Lc. 1, 10), queremos ver a Jesús, queremos encontrarnos con Él, con su Palabra que nos llena de vida y esperanza.
Como dice el Documento de Aparecida: “En el encuentro con Cristo queremos expresar la alegría de ser discípulos del Señor y de haber sido enviados con el tesoro del Evangelio. Ser cristiano no es una carga sino un don: Dios Padre nos ha bendecido en Jesucristo su Hijo, Salvador del mundo” (DA 28).
La Comisión Nacional de Pastoral Juvenil de la Conferencia Episcopal ha delegado en una sub-comisión, encargada de motivar y animar la preparación y participación en la Jornada. Con este fin se han enviado para trabajar y reflexionar en los grupos de jóvenes de todas las comunidades, dos encuentros en los que ocupa un lugar central la Lectio Divina, la lectura orante de la Biblia.
El descubrir la riqueza de la Lectio Divina ha sido para muchos jóvenes y para la Pastoral Juvenil uno de los logros más significativos y esperanzadores de este tiempo. La lectura orante de la Sagrada Escritura, la vivencia grupal y la celebración comunitaria de cada encuentro nos ayudará en este camino de preparación.
La Jornada Nacional de la Juventud coincide este año con la realización del III Congreso Latinoamericano de Jóvenes, el cual se realizará en Venezuela del 5 al 12 de setiembre, que tiene como tema “Jóvenes de América Latina, discípulos y misioneros de Jesucristo hoy para la vida de nuestros pueblos” y el lema será “Caminemos con Jesús para dar vida a nuestros pueblos”.
Este Congreso y nuestra Jornada Nacional se inscriben en el esfuerzo de revitalizar la Pastoral Juvenil, como dice Aparecida: “La alegría que hemos recibido en el encuentro con Jesucristo, a quien reconocemos como el Hijo de Dios encarnado y redentor, deseamos que llegue a todos los hombres y mujeres heridos por las adversidades; deseamos que la alegría de la buena noticia del Reino de Dios, de Jesucristo vencedor del pecado y de la muerte, llegue a todos cuantos yacen al borde del camino, pidiendo limosna y compasión (cf. Lc 10, 29-37; 18, 25-43). La alegría del discípulo es antídoto frente a un mundo atemorizado por el futuro y agobiado por la violencia y el odio. La alegría del discípulo no es un sentimiento de bienestar egoísta sino una certeza que brota de la fe, que serena el corazón y capacita para anunciar la buena noticia del amor de Dios. Conocer a Jesús es el mejor regalo que puede recibir cualquier persona; haberlo encontrado nosotros es lo mejor que nos ha ocurrido en la vida, y darlo a conocer con nuestra palabra y obras es nuestro gozo”.
Los Obispos nos invitan pues a profundizar en la vocación de discípulos- misioneros de Jesucristo como proyecto esencial y proyecto de vida de los jóvenes, para que se comprometan como verdaderos protagonistas de la renovación de la Iglesia y la sociedad.
Que esta Jornada sea para los jóvenes de nuestra Patria un momento de Encuentro con Jesús, que nos envía como misioneros a anunciar el don de la fe a nuestros hermanos.
+Arturo Fajardo
Obispo de San José de Mayo
Presidente de la Comisión Nacional de Pastoral Juvenil – C.E.U.
Obispo de San José de Mayo
Presidente de la Comisión Nacional de Pastoral Juvenil – C.E.U.
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