Roma (Italia), 27 Set. 10 (AICA)
Ante miles de fieles reunidos en el santuario romano del Divino Amor, el prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, monseñor Angelo Amato, presidió el sábado 25 de septiembre la misa de beatificación de la joven italiana Chiara Luce Badano, primer miembro del movimiento de los Focolares inscripta en la nómina de los beatos, que falleció en 1990 a los 18 años de edad.
"La beata Chiara Badano es una misionera de Jesús, un apóstol del Evangelio como buena noticia para un mundo rico en bienestar, pero con frecuencia enfermo de tristeza y de infelicidad", dijo el prelado vaticano e invitó “a todos, especialmente a los jóvenes, pero también a los adultos, a los consagrados y a los sacerdotes, a reencontrar el entusiasmo de la fe”.
"A todos se les dio la gracia suficiente para ser santos. Respondamos con alegría a esta invitación de santidad y agradezcamos a Benedicto XVI por el don de la beatificación de ‘nuestra Chiara Luce’ (clara luz), como la llamaba la fundadora de los Focolares, Chiara Lubich.
"Se trata –prosiguió– de un signo concreto de la confianza y la estima que el Papa tiene por los jóvenes, en quienes ve el rostro joven y santo de la Iglesia".
Tras resaltar el amor que Chiara Badano tuvo por la espiritualidad de los Focolares, el Arzobispo resaltó el valeroso y confiado testimonio de la joven ante el cáncer en los huesos que finalmente la llevó de regreso a la Casa del Padre. "Afectada a los 16 años por el osteosarcoma, acepta la cruz con dolor, pero con serena fortaleza: ‘No tengo piernas y me gustaba tanto pasear en bicicleta, pero el Señor me dio alas’. Sufría, pero el alma cantaba. Rechaza la morfina porque, ‘me quita lucidez y puedo ofrecerle a Jesús mi dolor'".
En los meses finales de 1989, Chiara Lubich le da su nuevo nombre "Luce" que es "un nombre acertadísimo porque Chiara era una explosión de luz divina, que sorprendía a todos, jóvenes y adultos" con sus obras de caridad como dar de comer a ancianos, o a aquella señora que nunca fue a la Iglesia y que al saber de su muerte corrió a una; o la entrega de todo su dinero a un voluntario que debía excavar 30 pozos de agua en Benin a quien le dijo hablando de Jesús: "a mí no me sirven, yo tengo todo".
Uno de sus últimos dones, explicó monseñor Amato, fue el de sus córneas a dos jóvenes que ahora ven gracias a ella. "Esta muchacha, de apariencia frágil, era en realidad una mujer fuerte" que hablaba de su "vestido de bodas" para su funeral: "no lloro porque soy feliz", decía.
La fiesta en la Iglesia para recordar a la nueva beata, Chiara "Luce" Badano, fue fijada para el 29 de octubre.
El Papa resaltó el ejemplo de amor de Chiara Luce Badano
Al día siguiente, en el Ángelus dominical, Benedicto XVI señaló que "sólo el Amor con A mayúscula da la verdadera felicidad!" y puso como ejemplo de esta vivencia profunda a Chiara "Luce" Badano.
Al expresar su alegría por la beatificación de esta ejemplar joven en la que participaron los padres de Chiara, el Papa saludó al movimiento de los Focolares, cuya fundadora Chiara Lubich era la que llamaba Chiara Luce a esta joven. Con motivo de su beatificación llegaron a Roma unos diez mil miembros de este movimiento, entre ellos numerosísimos jóvenes, provenientes de todo el mundo.
Reiterando que ésta es una fiesta para los jóvenes, que pueden encontrar en la beata Clara un ejemplo de coherencia cristiana y evocando sus últimas palabras de adhesión plena a la voluntad de Dios, cuando le dijo a su madre: "Mamá, adiós. Sé feliz porque yo lo soy", Benedicto XVI invitó a alabar a Dios, "porque su amor es más fuerte que el mal y que la muerte" y a "agradecer a la Virgen María que conduce a los jóvenes, aún a través de las dificultades y los sufrimientos, a enamorarse de Jesús y a descubrir la belleza de la vida".
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