jueves, 21 de octubre de 2010

¡Qué bien se está aquí! (6)

Walconda, Nelly, María
Matías y Yenny
Mons. Heriberto, Walconda y María
Este sexto programa estuvo dedicado a la Jornada Misionera Mundial, que se celebra el próximo domingo 24 de octubre. En ese día oramos por las misiones y se realiza también una colecta destinada a las Obras Misionales Pontificias.

La primera parte del programa de hoy se desarrolló en base a un diálogo en vivo y en directo con Walconda (Noblía), María (La Pedrera, actualmente en Río Branco) y telefónicamente con Mirel (Pquia. Cruz Alta, Treinta y Tres). Ellas tres participaron en el IV Simposio Misionero realizado el 2 y 3 de octubre por el Departamento de Misiones de la Conferencia Episcopal del Uruguay.

Mirel, integrante del Oficio Catequístico Diocesano, subrayó la importancia del acercamiento personal a las personas que participan en la catequesis. "No podemos llegar a ellos con el mensaje de Jesús si no conocemos las situaciones, muchas veces dolorosas, que viven", afirmó.

María estuvo en un equipo misionero en el Vicariato de Camiri, zona guaraní, en Bolivia, trabajando con un equipo animado por el P. Nacho, actual responsable parroquial de Río Branco, con quien sigue colaborando. Con otras jóvenes, ella integra actualmente un equipo misionero itinerante que ofrece sus servicios a las parroquias de la diócesis. María regresó de Bolivia muy marcada por su encuentro con las comunidades guaraníes. "Ellos viven, a veces sin conocerlo, el Evangelio. Todo lo hacen en comunidad, pensando en el bien común, ayudándose unos a otros".

Mons. Heriberto subrayó que esos valores que viven las comunidades constituyen lo que, allá por el siglo II, San Justino mártir llamó "las semillas del Verbo". Ese término fue recogido por el Concilio Vaticano II en el decreto sobre la actividad misionera (Ad Gentes), que anima a los cristianos a descubrir "con gozo y respeto las semillas de la Palabra" presentes en la cultura, las tradiciones, la religiosidad de los pueblos. Ésa, señaló el obispo, "es la primera tarea del misionero; sobre esa base es posible el anuncio del Evangelio que no viene a borrar lo que hay de bueno en la vida de las personas y de los pueblos, sino a llevarlo a su plenitud".

Walconda, que participa en el Movimiento de Cursillos de Cristiandad, habló, desde su propia experiencia, de las posibilidades misioneras de los Cursillos, que acercan a la Iglesia personas que se habían alejado o que nunca participaron en la comunidad cristiana y que, a su vez, les hacen descubrir la vocación misionera de todo discípulo de Jesús.

En la segunda parte del programa Yenny, Nelly, Matías y Mons. Heriberto fueron recordando distintas experiencias misioneras en el presente de la diócesis. Así se recordó que, desde tiempos históricos, la diócesis de Melo ha recibido sacerdotes, religiosas y también laicas y laicos misioneros. Hoy hay un sacerdote escocés, un inglés, un francés, un polaco, un mexicano y un colombiano. Dos seminaristas colombianos han venido a formarse entre nosotros con la intención de permanecer aquí si son ordenados sacerdotes. Entre las comunidades religiosas, hay españolas, italianas, argentinas, peruanas, chilenas. Una laica consagrada y voluntarios laicos italianos integran la A.U.G. (Andiamo in Uruguay Giovanni) asociación de fieles de carácter misionero, presente en Melo.
Este año fue también pródigo en visitas misioneras: en enero, tres salvadoreños y una boliviana, integrantes de un grupo de la diócesis de Arlington, Virgina (USA) hicieron una semana de misión en la zona de Santa Clara y Tupambaé. En julio, fueron un sacerdote y tres jóvenes de la diócesis de Fiésole, Italia, quienes misionaron en territorio de la parroquia de Río Branco. Casi como un relevo, los italianos se cruzaron con un grupo Scout francés de Dijon, que durante quince días realizó actividades recreativas y educativas con niños y adolescentes en Melo y alrededores.

Sin embargo, como recordó Mons. Heriberto, esta diócesis que tanto recibe porque tanto necesita, ha sabido también "dar desde su pobreza". Así, tuvimos un misionero, el P. Nacho, en Bolivia. A su regreso, el P. Jorge partió para Amazonia donde se encuentra actualmente como misionero, en la diócesis de Sao Gabriel de Cachoeira. En febrero, la hermana Mercedes, Misionera Franciscana del Verbo Encarnado, que integra la comunidad de Fraile Muerto, viajó a Haití junto con otra religiosa uruguaya para trabajar entre los más alejados -y, por tanto, con más dificultad para ser socorridos- entre quienes sufrieron la tragedia del terremoto. Ayer llegó a Cuba Mons. Luis del Castillo, que permanecerá en una parroquia jesuita en Santiago de Cuba, cumpliendo un anhelo mantenido por mucho tiempo "hasta que Dios me dé salud", como él mismo lo expresara.
En fin, presencias y envíos que nos animan a crecer como discípulos misioneros de Jesús, compromiso expresado en el lema de nuestra fiesta diocesana "Con María, todos misioneros hoy".


Las Obras Misionales Pontificias

Las Obras Misionales Pontificias (OMP) son una institución de la Iglesia universal y de cada Iglesia en particular, encargada de infundir en los católicos, desde la infancia, el sentido verdaderamente universal y misionero, y de recoger eficazmente los subsidios para bien de todas las misiones, según las necesidades de cada una. Son el instrumento oficial y principal de todas las Iglesias para la cooperación misionera.
Las OMP son cuatro:
Obra de la Propagación de la Fe
Fundada en Lyón, Francia, en 1822, por María Paulina Jaricot
Obra de San Pedro Apóstol
Fundada en Caen, Francia, en 1889, por Estefanía y Juana Bigard
Obra de la Infancia Misionera
Fundada en Francia, en 1843, por Monseñor Forbin Janson
Pontificia Unión Misional
Fundada en Italia, en 1916, por el P. Pablo Manna

Las OMP tienen, principalmente 2 finalidades:

A. Animación Misionera 
    * Formar e informar en todo lo relacionado con la misión
    * Animar misioneramente para la Nueva Evangelización y para la misión Ad Gentes
    * Promover el espíritu misionero universal en el seno del Pueblo de Dios
    * Despertar y profundizar la conciencia misionera del Pueblo de Dios, informando sobre la vida y necesidades de la misión universal.
    * Recordar a los Pastores su responsabilidad misionera universal, invitándolos a participar en la evangelización del mundo.
    * Ser para cada diócesis, la Institución específica y principal, para la educación al espíritu misionero universal.

B. Cooperación Misionera
    * Promover la cooperación espiritual y material para ayudar a la obra de la evangelización
    * Ayudar a la evangelización propiamente dicha, sin excluir, empero, la ayuda en el campo caritativo, social, médico, etc.
    * Favorecer de manera particular la colaboración con los Institutos misioneros que están al servicio de la evangelización del mundo "en nombre de la Iglesia y según la voluntad de la jerarquía"
    * Preocuparse de las necesidades de todas las Iglesias en Misión.
    * Suscitar vocaciones ad gentes y de por vida, tanto en las Iglesias antiguas como las más jóvenes.
    * Promover vínculos de íntima comunión en lo que se refiere a las riquezas espirituales, a los obreros apostólicos y a los recursos materiales.
    * Actuar, por un lado, como miembro privilegiado de comunicación de las Iglesias particulares entre sí, y por otro lado, entre cada una de ellas y el Papa.
    * Estimular a las Iglesias a rezar unas por otras, a ayudarse recíprocamente con el envío de personal y de medios materiales, suscitando así el espíritu de solidaridad en vista de la evangelización del mundo.

Paulina Jaricot (1799-1882)

Nacida en Lyon, Francia, el 22 de julio de 1799. Su gran amor a Jesús y a las misiones la llevó a fundar la Obra de la Propagación de la Fe el 3 de mayo de 1822, cuando tenía apenas 20 años de edad.

En 1862, contenta porque su obra de la Propagación de la Fe estaba ya muy extendida murió santamente, satisfecha de haber podido contribuir eficazmente a favor de las misiones católicas.

Veinte años después, en 1882, el Papa León XIII extendió la Obra de la Propagación de la Fe a todo el mundo, y ahora cada año, el mes de octubre, y especialmente en el tercer domingo de este mes, los católicos fervorosos ofrecen oraciones, sacrificios y limosnas por las misiones y los misioneros del mundo entero.

El 25 de febrero de 1963, el beato Juan XXIII declaró la heroicidad de sus virtudes, lo que le vale el título de Venerable.

“Amadísimos hermanos y hermanas, María Paulina, joven atenta a la voz del Espíritu, anticipó proféticamente lo que el magisterio pontificio y el concilio ecuménico Vaticano II subrayarían después, destacando el carácter misionero de todo el pueblo de Dios y la contribución específica que los laicos están llamados a dar a la actividad evangelizadora de la Iglesia.

A ejemplo de esta mujer valerosa, estáis llamados hoy a impulsar una cooperación cada vez más fraterna entre las Iglesias, suscitando y formando numerosos colaboradores para la causa misionera. Infundid en ellos el celo por el anuncio del Evangelio y el deseo de apoyar el compromiso de las jóvenes Iglesias. Esta cooperación será eficaz si está sostenida incesantemente mediante la oración, los sacrificios y la búsqueda constante de la santidad. Sólo esta atmósfera de tensión espiritual y apostólica podrá establecer las condiciones para el desarrollo de numerosas vocaciones misioneras y para el apoyo generoso a las actividades misioneras”
(SS. Juan Pablo II, Discurso a los participantes a la Asamblea General
de las Obras Misionales Pontificias, N°3, 15 Mayo 1997)

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